domingo, 22 de mayo de 2016

El comienzo del infinito


"Interpretamos las experiencias mediante teorías explicativas, pero las explicaciones verdaderas no son obvias. El falibilismo implica no buscar el respaldo de las autoridades, sino admitir que siempre podemos estar equivocados y tratar de corregir los errores. Hacemos esto buscando buenas explicaciones -explicaciones que son difíciles de modificar en el sentido de que cambiar los detalles echaría a perder la explicación. Este, y no la comprobación experimental, fue el factor decisivo en la revolución científica, y también en el progreso único, rápido y sostenido en otros campos que han participado en la Ilustración. Esta fue una rebelión contra la autoridad, que a diferencia de las mayorías de las rebeliones de este tipo, no trató de buscar justificaciones para las teorías en la autoridad, sino instaurar una tradición crítica."


Ficha: "El comienzo del infinito", David Deutsch, Biblioteca Buridán, 539 páginas, ISBN: 9788 415 216 759

Bonita papeleta la de tener que comentar un libro como este... no me extraña nada que hace bastantes años esa misma sensación, la de estar ante una obra inusualmente importante y profunda, embargara al comentarista del antecesor de este ensayo, "La estructura de la realidad", publicado en su día por Anagrama y hoy convertido en una obra de "culto" ensayístico. No es un libro fácil de conseguir este mencionado, pero un vistazo superficial al mismo en una biblioteca me ha hecho constatar que David Deutsch en 1.997 ya había trazado las líneas maestras que definen a este impresionante "El comienzo del infinito". 

Estamos ante los mismos temas, una forma parecida e incluso también encontramos un diálogo imaginario en un punto clave del libro. La teoría neodarwinista de la evolución, la teoría de los multiversos en la física cuántica, la filosofía de Popper acerca del conocimiento y la teoría de la computación de Alan Turing, los cuatro pilares en los que se basaba esa obra de final de los noventa aparecerán también en este ensayo, junto con muchos otros asuntos. En cierto modo estamos ante un libro que no es más que una actualización de aquel, repitiendo temática, filosofía y estructura... aunque seguramente en este caso nos encontramos con una obra más accesible, sin perder profundidad, y que pretende abarcar más incluso.

En general podríamos dividir los ensayos de divulgación científica, o divulgación a secas, en dos apartados, los escritos por especialistas en los temas tratados y aquellos escritos "de oído", por autores no especialistas, que simplemente se han documentado y asesorado convenientemente sometiendo sus escritos a la revisión de expertos, habitualmente prefiero a los segundos, Bill Bryson y Philip Hoare serían ejemplos perfectos de este tipo de ensayista autodidacta y multidisciplinar capaz de escribir bien y de forma interesante sobre cualquier tema. Aquí en cambio estamos ante un autor diferente, David Deutsch es un físico de reputación internacional y uno de los más insignes teóricos sobre la nueva rama del conocimiento, y probablemente fundamental en un futuro próximo, conocida como computación cuántica, por si fuera poco es uno de los padres de la teoría de los universos paralelos dentro de la física cuántica. Estamos pues ante un físico teórico de primera línea, pero a la vez también ante un excelente filósofo de la ciencia, y un magnífico pedagogo, capaz de bajar de ese olimpo del mundo de las ideas y ofrecer interesantes y comprensibles pensamientos al resto de los mortales.



El espectro de temas que David nos ofrece este ensayo es apabullante, biología evolutiva, matemáticas, filosofía de la ciencia, teoría del conocimiento, memética y demás teorías culturales, física cuántica, política, ecología... todo ello unido por el denominador común del pensamiento humano y nuestra habilidad como especie de ser capaces de resolver problemas y sobre todo, como "leiv motiv" de este ensayo, de ser capaces de encontrar lo que el autor llama "buenas explicaciones", para diferenciar entre aquellas explicaciones sobre el mundo y las cosas sometidas a examen y crítica de aquellas dadas por buenas a través del principio de autoridad que suele encubrir habitualmente falsedades. Para el autor, si bien no es posible vislumbrar el final del conocimiento posible, pues este es infinito, sí que es posible aventurar un principio y podemos situar su comienzo en occidente, en aquello que con los años se denominó Ilustración. A diferencia de otros movimientos intelectuales tanto en occidente como en otros lugares, la Ilustración, y su hija el método científico, hicieron algo nuevo, se rebelaron contra este principio de autoridad que había dominado el pensamiento prácticamente desde siempre, e incluso se atrevía, e invitaba, a cuestionarse a sí mismo. Era por lo tanto enemigo de todo dogmatismo... aunque con el tiempo no podría evitar crear sus propios dogmas y hacer aparecer otro tipo de errores, el mismo hecho de que en sus principios estuviera la autocrítica firmemente asentada le daba la facultad de poder corregirlos más adelante. David expone en este libro desde el principio que no hay problema o error que no se pueda solventar, salvo que este vaya directamente contra las leyes conocidas de la física, pero también añade que los errores son inevitables, pretender la perfección y una vez alcanzada esta, real o supustamente, buscar la inmovilidad es una orientación siempre condenada al fracaso de antemano.

Así podemos definir la filosofía de este autor firmemente anclada en el optimismo, los seres humanos somos por definición seres pensantes que no cesan de crear cosas nuevas con su pensamiento y no cesan nunca de buscar esas buenas explicaciones que nos han hecho progresar de forma exponencial desde el siglo XVII de forma más y más acelerada, creando un sin fin de nuevos problemas, es verdad, pero cambiando el mundo y creando conocimiento por primera vez con una rapidez que ya no se cifra en siglos o generaciones... sino que es perfectamente perceptible en el transcurso de una sola vida humana. Y ello se debe a la derrota, aunque no en todas partes por desgracia, del pensamiento estático y dogmático existente hasta entonces que tendía a refrenar y asfixiar cualquier nueva corriente de pensamiento que cuestionase el orden establecido. David cree en esa capacidad del ser humano como especie, pondrá numerosos ejemplos a lo largo del libro en los campos más diversos, y no dejará de mostrarnos el camino correcto, a su juicio, para que ese progreso siga hasta el infinito...

Aparte del optimismo inherente en esa forma de pensar hay algo también que me gusta de este autor, su empeño por no dejar "títere con cabeza" denunciando puntos de vista equivocados, los sostenga quien los sostenga, así por ejemplo lo veremos exponiendo, brillantemente, y denunciando el punto de vista antrópico... que pretende a través del análisis de las constantes físicas de nuestro universo conocido sembrar la duda y la incertidumbre, o atacar contundentemente ese principio de mediocridad que poco menos que viene a decir que el hombre es una vil y miserable criatura perdida en los confines de un universo indiferente... no, no vivimos en un lugar tan común y poco singular tal y como nos quieren en ocasiones hacer creer, bajo cualquier punto de vista estamos en un lugar extraordinario y somos extraordinarios como fenómeno. Tampoco está de acuerdo con la visión de la Tierra como una especie de nave espacial, con una biosfera que funciona poco más o menos como el sistema de soporte vital de una nave espacial... como bien sostiene David a la biosfera le importa un comino si vivimos o no, no se preocupa por nosotros lo más mínimo... somos nosotros, como seres vivos los que tratamos continuamente de adaptarnos a ella y en el caso de los seres humanos los que modificando nuestro entorno lo convertimos en algo habitable y confortable.

Veremos así mismo atacados duramente el positivismo lógico, el instrumentalismo, el postmodernismo, la visión mística que algunos han querido darle a la física cuántica... y defender, y explicar detalladamente, la teoría evolutiva en su faceta neodarwiniana que engloba a la genética, la filosofía de la ciencia de Karl Popper, y también esa particular teoría de los universos paralelos como explicación de la física cuántica que defienden David y unos pocos científicos teóricos. Por encima de todo hay también una defensa de la importancia de la teoría, la conjetura y la hipótesis como fuente de conocimiento, tanto si conduce a una experimentación que la pone a prueba como si no, pues para David esa capacidad del ser humano de imaginar y elaborar teorías y conjeturas es la fuente misma de nuestra inteligencia, el ser humano no es como un loro o un mono que imita comportamientos, fundamentalmente es un ser inteligente que primero piensa o aventura y luego, una vez interpretado lo que ve u oye, se lanza a la imitación y la experimentación.

Poco más tengo que decir de un libro impresionante, toda una aventura intelectual que lleva al lector desde el cosmos y los confines del universo a la naturaleza última de la materia, a la inteligencia artificial y a los mismos fundamentos del conocimiento, a la historia y al cómo y el porqué de la evolución del pensamiento, a aventurar el fin del mismo, a una simulación matemática sobre el infinito, a un diálogo imaginario entre Sócrates y el dios Hermes donde se tratan las cuestiones fundamentales de porqué sabemos lo que sabemos, a la imposibilidad de crear un sistema político realmente representativo, a los callejones sin salida en los que se meten en ocasiones las civilizaciones... todos estos temas y muchos más que harán las delicias del lector de ensayos, tanto filosóficos como científicos, pues en el libro de Deutsch se dan la mano tantos temas diferentes que es imposible que no interese a alguien. El capítulo que recoge ese diálogo imaginario entre Sócrates y el dios es una delicia que merece ser leído y releído muchas veces y que constituirá toda una puerta de entrada a la parte más "dura" del libro.


Lo mejor: Un ensayo extraordinario donde el autor se pregunta por la esencia de aquello que nos hace humanos, el origen del conocimiento y el porqué podemos comprender el universo del que formamos parte y cómo ese conocimiento nos proporciona un potencial literalmente infinito, y a la vez una infinita fuente de futuros problemas. El libro está redactado en un lenguaje sencillo, asequible y enormemente didáctico, con recopilación y definición de términos e ideas principales al final de cada capítulo, como si de un libro de texto para estudiantes se tratase. Todo un esfuerzo por ponerse en el lugar del lector e intentar que este asimile las ideas principales que es digno de alabanza y que brilla por su ausencia en demasiadas ocasiones en obras divulgativas. Me han gustado en particular su falta de corrección política y todos esos "capones" que les sacude a gente influyente e importante, sean quienes sean, y a los malos filósofos en general,  especialmente a aquellos que niegan el progreso humano y a los que critican a la ciencia desde una postura fundamentalmente ignorante. Muy interesante su ataque a aquellos que no ponen en primer lugar de toda posible interpretación al mundo de las ideas y el aspecto creativo del ser humano, y siguen empeñados en ver en las condiciones materiales el principio y el fin de cualquier interpretación... en definitiva a todos esos creadores de malas explicaciones y dogmas les haría bien leer a David Deutsch.

Conclusión:
Una obra muy estimulante desde el punto de vista intelectual, que merece ser revisada una y otra vez y que ofrece una visión alternativa de la especie humana, una visión optimista y "refrescante", pero a la vez firmemente anclada en la realidad, que creo que es muy necesaria en los tiempos que corren tan llenos de ignorantes, empapelados o no, con títulos académicos y pájaros de mal agüero.

Lo peor: No es un libro difícil en general, pero contiene algunos capítulos de no tan fácil asimilación, el dedicado a esa teoría sobre los universos paralelos por ejemplo ¿hay alguien que pueda entenderla bien a la primera?... y es que cuando David se mete en asuntos directamente relacionados con su especialidad, la computación y la física cuántica, es cuando termina endiosándose un poco y poniéndole las cosas difíciles al lector. Aunque por otra parte es estimulante encontrarse con un autor que no trata a sus lectores como si fueran idiotas me da la impresión de que a veces va un poco deprisa :-). Creo que incluso lectores habituales de temas filosóficos y científicos no podrán evitar en ocasiones la sensación de mareo y andar un poco perdidos, sin duda es un libro que necesita varias atentas lecturas y una buena dosis de reflexión para sacarle partido por la profundidad de los temas que expone.


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