jueves, 15 de octubre de 2015

Koba el temible


"Rusia 1.917-1.953: ¿a qué género pertenece? No es una tragedia, como Lear, no es una anticomedia, como Troilo y Cresida, ni una comedia problema como Medida por medida. Es una farsa negra, como Tito Andrónico. Y la farsa negra es muy rusa, desde Las almas muertas hasta Risa en la oscuridad... Parece que no se puede expulsar al humor del espacio que hay entre las palabras y los hechos. En la URSS, ese espacio abarcaba once zonas horarias. El enemigo del pueblo era el régimen. La dictadura del proletariado era mentira; Unión era mentira, de República era mentira, Socialistas era mentira y Soviética era mentira. Camarada era mentira. la Revolución era mentira."



Ficha: "Koba el Temible. La risa y los Veinte Millones", Martin Amis, editorial Anagrama, 291 páginas, ISBN: 978 843 397 7625 

Tras leer varias novelas del británico Martin Amis, la más reciente de las mismas es su último trabajo titulado "Lionel Asbo", una sátira despiadada de la Gran Bretaña actual, me he atrevido con este ensayo, los temas políticos e históricos me gustan mucho y quería ver que tal se desenvolvía el escritor inglés en este medio, la verdad es que no he salido decepcionado.

Amis se mete de lleno en esta obra en una de las páginas más terribles de la historia reciente, de ese siglo XX que abandonamos hace solamente quince años, me refiero a la época en que Iosif Stalin gobernó con puño de hierro la Unión Soviética, y lo hace en parte por motivos personales, su padre el también novelista Kingsley Amis, fue durante quince años un devoto comunista que terminó renegando de sus ideas en 1.956, una vez conocidos los crímenes de Stalin, y terminó pasando al otro extremo y sumándose a ideologías conservadoras y reaccionarias. El tema principal del libro no es solamente la denuncia de los crímenes de Stalin, eso ya lo han hecho mucho mejor otros escritores como Robert Conquest y su libro "El gran terror" abundantemente citado en esta obra, o el archiconocido "Archipiélago Gulag" de Alexander Solzhenitsyn, sino ante todo mostrar como el aparato propagandístico de la URSS consiguió que buena parte de la intelectualidad europea tuviera una visión completamente equivocada de lo que realmente estaba pasando en ese país, y que cuando hubo sospechas más que fundadas de lo que ocurría se limitasen a mirar a otro lado.

Resulta revelador la diferencia tan notable entre los crímenes de Hitler y Stalin a la hora de ser juzgados por la posteridad, hay un consenso casi unánime en la condena al dictador alemán, un sentimiento de asco y repulsa que surge de lo más hondo cuando se conocen los detalles de todo el proceso burocrático e industrial que tuvo como objetivo borrar a un pueblo de la faz de la tierra y la memoria... sin embargo los de su homólogo, el dictador soviético, siempre a muchos nos parecieron , no se, como más "benignos", nombres como  Dachau, Bergen-Belsen, Auschwitz, Treblinka, Mathaussen...  son de sobra conocidos, sin embargo nombres igualmente terribles como Kolymá o Vorkutá apenas nos suenan...  

Amis le dará un repaso escalofriante a la escalada de terror que sacudió la URSS desde 1.922 a 1.953, guerra mundial incluida, la hambruna de la colectivización del campo que en Ucrania se saldó con cinco millones de muertos por inanición, las purgas en el partido y el ejército de la misma época, las deportaciones masivas a Siberia, al carácter paranóico y sanguinario de Stalin, a las delaciones, al tributo en sangre que tuvo que pagar la nación para calmar la megalomanía de un lider brutal y despiadado... el libro abunda en ejemplos de atrocidades, de crímenes y torturas, y sobre todo de mentiras, cómo la propaganda soviética fabricó una realidad "alternativa" donde terribles fracasos que costaban miles, incluso millones, de vidas eran pintados de un color completamente diferente... de ahí el aspecto "cómico" al que alude Amis en el título y que resulta imposible de desligar del todo, a pesar de su lado trágico, del experimento soviético, los chistes y la ironía se montan por sí solos, el autor nos señalará unos cuantos:

"¿Dónde, en qué punto de este paisaje se encuentran los Hombres Nuevos? ¿Dónde está el homo sovieticus, esa nueva raza de seres humanos "plenamente humanos"? [...] Pero los candidatos más prometedores hay que buscarlos entre los dojodiaga: los deshauciados. Era fácil pasar por alto a los desahuciados, porque escarbar entre la basura, comer restos de carne seca y masticar raspas de pescado era una práctica tan frecuente que nadie se fijaba en ella [...] Sabía que encontraríamos a los Hombres Nuevos. Helos aquí, apaleados, apaleados y vueltos a apalear, a cuatro patas y gruñendo como perros, coceándose y mordiéndose entre sí por un pegote de basura podrida. Helos aquí"

Martin no hace concesiones, confieso que como tantos otros durante mucho tiempo tuve una idea equivocada de lo que significó la Revolución Rusa, sabía que Stalin era un criminal... pero en cambio Lenin y Trotski me parecían como "hechos de otra pasta", pero no, otro espejismo. Amis también incluirá en su ensayo una crítica nada amable con Lenin, el padre de la revolución rusa, antidemocrático, caprichoso, despiadado, inhumano... menos méritos que los de su sucesor, pero tampoco un angelito precisamente, de hecho sentó las bases del terror bolchevique e instauró sus brutales métodos que serían amplificados y llevados a otro nivel por Iosif Stalin pero que ya estaban allí de hecho. Un absurdo "terror rojo" de miles y miles de asesinatos más una hambruna que poco o nada hizo por sofocar y que se saldó con varios millones de muertos... realmente las cifras parecen inverosímiles, doce millones en la guerra civil y la hambruna que le siguió, veinte millones víctimas de Stalin entre asesinatos, deportaciones a Siberia y sobre todo hambrunas, veinticinco millones más de muertos en la guerra mundial... un escritor ruso dijo que su tierra sentía un apetito especial por la sangre humana... habría que añadir que se trata de una tierra y una sed inmensas, de una dimensión que escapan a la imaginación.

No hay ningún aspecto que quede fuera, ningún ángulo muerto en este excelente ensayo, quedan reflejados por ejemplo la ignorancia y la ingenuidad de algunos buenos intelectuales occidentales, como Huxley o George Bernard Shaw que fueron manifiestamente engañados por la cara propagandística del régimen, la política de avestruz de muchos intelectuales europeos que no se atrevieron a denunciar o a mirar con más atención, el clima de terror a las delaciones, el tributo en sangre que solían pagar los colaboradores más íntimos de Stalin, el eterno "¿por qué?" y el sinsentido de tanta violencia, la lucha no solamente contra el pueblo ruso sino contra la misma naturaleza humana, contra la verdad y la más elemental decencia que emprendió el comunismo en la URSS y que lamentablemente fue también copiado en otras dictaduras análogas... es estremecedor ver lo que hicieron los políticos con el legado filosófico de Marx, una filosofía que solamente pretendía, en origen, la liberación de las cadenas que sujetaban a gran parte del género humano y que se convirtió en la mayor de las esclavitudes... no me extraña que a pesar de tanto horror quede flotando esa sensación de ironía, esa comicidad irreverente para con las víctimas, y es que en el fondo estas lo fueron de una monumental farsa.

Transcribo aquí para terminar unas frases no de este libro, sino de "Archipiélago Gulag", una de las grandes referencias de este ensayo:

"Ya ven lo mucho que se fusiló: primero miles, luego centenares de miles. Dividimos, multiplicamos, suspiramos, maldecimos. Y pese a todo, se trata sólo de cifras, que al principio estremecen, pero que más tarde caen en el olvido. Mas si algún día los parientes de los ajusticiados llevaran a una editorial las fotografias de los ejecutados, si se editara un álbum con esas fotografías, un álbum de varios tomos, entonces podríamos pasar las hojas y de esa última mirada de sus ojos apagados quedaría en nosotros algo muy útil para lo que nos resta de vida. Esta lectura, casi sin letras, se depositaría sobre nuestros corazones como una capa perenne."

Lo mejor: Un libro magnífico, escalofriante, lleno de datos y de testimonios recogidos aquí y allá que ponen los pelos de punta. El Amis autor de ensayos me ha gustado tanto, o más, que en su faceta de novelista. No es tan completo como otras obras más conocidas, pero es un excelente punto de partida para informarse sobre ese siniestro, y fascinante, periodo la nuestra historia.

Lo peor: La parte dedicada a sus temas personales al final la veo como un poco de más, completamente prescindible, reseñar asuntos personales de poca monta en medio del clima de este ensayo me parece casi de mal gusto. Tampoco la omisión a los pactos y la política exterior de la URSS, incluida Gran Bretaña, está presente... bien está que Amis cargue contra aquellos intelectuales de izquierdas que por ceguera o cobardía no condenaron a su debido tiempo el régimen de Stalin, el pasado de su padre todavía le debía escocer un tanto... pero me temo que no son los únicos que merecen un reproche. 


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