martes, 13 de enero de 2015

How I beat Fischer's record


Ficha: "How I beat Fischer's record", Judit Polgar, editorial Quality Chess, 384 páginas, ISBN: 978-1-1907982-19-4

Corría el año 1.989, en enero la revista de ajedrez "Ocho X Ocho", por desgracia ya desaparecida, dedicaba su portada a la olimpiada de ajedrez y curiosamente publicaba las fotos de tres chicas, algo poco usual. Fue a partir de entonces cuando conocí las hazañas de las hermanas Polgar, aquel peculiar trío fue el titular de tres de las cuatro plazas del equipo olímpico femenino de Hungría consiguiendo la medalla de oro tradicionalmente en poder de las jugadoras de la entonces todopoderosa URSS.

La revista destacaba el excelente nivel demostrado por las hermanas y especialmente se hacía eco del estilo agresivo y combinativo de la más joven, Judit Polgar, la chiquilla que en aquel momento solo tenía doce años sentía especial predilección por jugar partidas de corte táctico con espectaculares ataques que recordaban a los jugadores románticos del siglo XIX como Morphy o Anderssen, un bonito ajedrez que raramente se veía entonces y ahora en las competiciones a ese nivel.

En 1.991 Judit Polgar se proclamó campeona absoluta de Hungría y obtuvo el título de Gran Maestro con solo quince años, batía así el record de Bobby Fischer en unos meses y se proclamaba por lo tanto el Gran Maestro más joven de la historia, el record de Bobby había permanecido imbatido treinta y tres años. Algún que otro respetabilísimo maestro, como el excampeón Mijail Botvinnik declaró que "el título que consiguió Judit no es el mismo que consiguió Fischer, desde entonces ha habido mucha inflación"... también hay que tener en cuenta las diferentes condiciones en que ambos títulos se adquirieron en relación con la ayuda que pudieron recibir uno y otro, Fischer siempre en solitario y sin entrenador y apenas medios y Judit bien asesorada y perfectamente entrenada desde su más tierna infancia... pero la realidad está ahí, no voy a entrar en el debate de si la Judit Polgar de 1.991 jugaba igual, mejor o peor que el Fischer de 1.958 porque lo cierto es que ambos fueron en su adolescencia unos jugadores fantásticos y curiosamente marcados también por una preferencia por el juego agresivo e "instinto asesino".



Tablero aparte Judit no puede ser más diferente del legendario jugador americano, políglota, viajera incansable, simpática y cosmopolita, Judit desde casi sus inicios hasta su retirada en 2.014 del ajedrez de competición ha sabido ganarse el corazón de los aficionados al juego en el mundo entero.


Tuvieron que pasar bastantes años hasta que fuera relativamente frecuente la presencia femenina en torneos de cierto nivel, a comienzos de los noventa era algo inusual y por desgracia hoy mismo a pesar de la innegable calidad de grandes jugadoras como Alexandra Kosteniuk, Adriana Stefanova o la fulgurante estrella china y actual campeona femenina Hou Yifan todavía no hay suficientes jugadoras capaces de medirse a la élite. Judit no solamente es la jugadora más fuerte de la historia sino que durante muchos años su presencia en el ajedrez de élite era algo insólito, por su sexo pero también por su juventud. Hoy tenemos a grandes jugadores que alcanzaron el título a una edad más temprana, la élite del ajedrez ha "rejuvenecido" en comparación con la de aquellos años merced al uso intensivo de computadoras y bases de datos informáticas, una ayuda que Judit nunca pudo tener por motivos generacionales. En el libro que aquí comento, plagado de fotografías, algunas de ellas inéditas, la veremos posando junto a tableros murales, ficheros de cartón y tableros de buen tamaño... nada de ordenadores, aunque sí que conociese y jugase contra las máquinas de ajedrez que había en los ochenta faltaba todavía tiempo para la época de Chessbase y sus masivas bases de datos.

La jugadora húngara con los años se hizo con un buen número de "cabelleras"... entre los que se encuentran victorias contra nueve ex-campeones de ajedrez del mundo y FIDE, (Smyslov, Spassky, Karpov, Kaspárov, Khalifman, Anand, Ponomariov, Kasimdzhanov y Topalov) y consiguiendo posicionarse en 1.996 entre los 10 mejores jugadores del mundo, clasificándose años más tarde para el torneo de candidatos de San Luis de 2.005... nadie sabe hasta donde hubiera sido capaz de llegar sin sus forzosas y temporales retiradas de la competición en 2.004, en un momento crítico de su carrera y 2.006 para dar a luz a sus dos hijos, Oliver y Hanna. Aunque la mencionada jugadora china Hou Yifan pisa fuerte todavía no ha alcanzado o superado el listón que Judit dejó en 2.711 puntos ELO y que la convierte en la mejor jugadora de ajedrez de la historia.

Y así llegamos a este libro, publicado en 2.012, dos años antes de la retirada de Judit del ajedrez profesional, un libro cuidadosamente editado por Quality Chess una de las editoriales punteras a nivel mundial en lo que libros de ajedrez se refiere, elegido en 2.013 por la Federación Inglesa de Ajedrez como mejor libro del año. La misma Judit confiesa que la idea de escribir una biografía deportiva sobre su carrera ajedrecística le rondó la cabeza durante años, pero siempre había cosas más importantes que hacer, las exigencias del ajedrez de alta competición sumado a sus obligaciones personales y familiares posponían el trabajo una y otra vez hasta que en 2.009 tomó la decisión de forma definitiva tras una partida ganada a Boris Gelfand en la Copa del Mundo. 

La jugadora húngara fue eliminada por el fuerte gran maestro bieloruso, uno de los mejores jugadores de su generación, que a la postre ganaría el torneo y se convertiría en el campeón de la copa del mundo de la FIDE. Sin embargo Judit con un resultado adverso que la obligaba a jugar a ganar forzosamente decidió morir matando, planteó una apertura de alfil de rey que raramente se ve en la competición a nivel magistral y consiguió una victoria en un estilo que le recordaba a su forma de jugar en 1.988, la época de las olimpiadas, y que puede verse en la red a través de este enlace. De alguna forma aquel logro la hizo mirar hacia atrás, sentir nostalgia de aquellos años de finales de los 80 en los que iba de torneo en torneo acompañada por sus padres y hermanas y también sentir nostalgia de su maravilloso estilo combinativo de aquella época, tan grato para los aficionados.

Este libro y sus continuaciones, estamos hablando de una trilogía que se completaría al año siguiente con "From GM to Top Ten" y "A Game of Queens" ya en 2.014 coincidiendo con su retirada, son por lo tanto la biografía y el testamento ajedrecístico de una jugadora excepcional. Judit ha querido salir del mundo del ajedrez por la puerta grande y ofrecernos a los aficionados de todo el mundo el relato de primera mano de su experiencia como jugadora de ajedrez profesional. Esta primera entrega de la trilogía cubre el periodo aproximadamente entre 1.986 y 1.991, seguramente el más atractivo de cara al aficionado medio ya que en él se puede observar perfectamente a través de los ejemplos expuestos su evolución como jugadora desde el nivel de experto al de Gran Maestro.


Quienes conocen la particular idiosincrasia de la familia Polgar estarán ya familiarizados con la educación que las tres hermanas recibieron por parte de sus padres, educadores profesionales. Nunca fueron a la escuela, presentándose a la misma solamente para realizar sus exámenes. Adoptaron como lengua natal el esperanto, aparte del húngaro, seguramente con la idea, proveniente de su padre, gran aficionado al ajedrez y consumado esperantista, de que en un futuro tendrían que habituarse al aprendizaje de varios idiomas debido a sus incesantes viajes. Lazlo Polgar obtuvo permiso del gobierno húngaro y buscó una mujer para casarse y formar una familia y que compartiese su peculiar visión de la educación... el resultado estuvo a la vista además con excelente perspectiva que proporcionan los años. Las tres hermanas se convirtieron en notables ajedrecistas, hablaban varias lenguas y ante todo y pese a cualquier reticencia que el peculiar experimento pedagógico pudiese suscitar fueron, y son, gente de lo más normal, dentro de su singularidad como fuertes jugadoras de ajedrez, de las que nunca ha podido comentarse o leerse ninguna excentricidad ni nada malo, todo lo contrario.


Judit desde el mismo prefacio del libro da las gracias a su familia y amigos escribiendo que aunque podemos considerar diferentes elementos como claves para su éxito, tales como talento y ambición, valora por encima de todo el disfrutar de un adecuado entorno familiar... algo que es sin duda cierto en un 100% en su caso. Ya desde la primera hoja da también las gracias al gran maestro rumano Mihaíl Marín, amigo y colaborador suyo durante años y autor también de algunos excelentes libros como "Aprenda de las leyendas" y "Secretos de la defensa en ajedrez" y que sin duda que habrá aportado una valiosa ayuda a Judit en el apartado más técnico.

Estamos ante una joya que hará las delicias de los jugadores de ajedrez de todos los niveles pero muy especialmente de los jugadores aficionados y de los admiradores y seguidores de la maestra húngara. No es ningún secreto que los aficionados de mi generación, y seguramente alguna más, hemos sentido una especial simpatía por Judit, un amor platónico más o menos inconfesable... ¿cómo podía ser de otra forma?. Era algo singular ver las fotografías de torneos de los años noventa y verla siempre ahí, entre los mejores, la simpática pelirroja era no solo una nota de color en un mundo de aplastante mayoría masculina, sino también una demostración palpable de que una mujer podía jugar y plantar cara con un tablero de por medio a cualquier jugador masculino, que con una dedicación y una preparación similares no había ningún motivo de origen "biológico" en la preponderancia masculina. Si bien Judit tuvo la "suerte" de contar con el menosprecio de sus colegas... algo mortal en ajedrez, pues como bien comentó una vez Karpov "juego mejor cuando no me consideran favorito", también es cierto que en ocasiones el desprecio de algunos llegó a niveles insultantes con el evidente propósito de desestabilizarla emocionalmente... un "maestro" en este arte del desprecio era el Sr. Kasparov, este se cebó particularmente con las hermanas Polgar y con Judit en particular... aunque esa desagradable historia ya pertenece a años posteriores a los recogidos en esta obra. 


Judit siempre ha comentado que la élite de ajedrez tardó años en aceptarla como un igual. En sus primeros años la actitud de los maestros de ajedrez oscilaba habitualmente entre dos actitudes aparentemente contrarias, o bien le ofrecían tablas rápidamente con la finalidad de quitársela de encima, o bien peleaban a muerte y en caso de derrota prolongaban la lucha más de lo que las normas de cortesía suelen indicar en ajedrez... nadie quería ser su víctima ya que eran conscientes, como muy bien recoge Judit en el libro, de que la noticia de una derrota ante "la niña", una cría de doce o trece años, causaría sensación en el mundo del ajedrez... afortunadamente para la jugadora húngara y sus rivales pronto su victoria sobre tal o cual maestro de ajedrez dejó de ser noticia ;-). El libro recoge varias de sus mejores partidas de esta primera etapa de su carrera profesional donde la veremos medirse principalmente, exceptuando a Anand y algún otro, a maestros de segunda fila y a viejas glorias del ajedrez, un "aperitivo" para lo que le esperaba en años venideros.


A pesar de la abundancia de fotografías y alguna que otra mención a su vida familiar y personal de aquellos años el libro básicamente se centra en su vida deportiva relacionada con el ajedrez, aparte de ello Judit aprovecha la ocasión para realizar instructivos análisis de posiciones y mostrar algunas de sus más bonitas y sorprendentes jugadas de esta época, además de una selección de sus mejores partidas de este período. Los aficionados que esperen encontrar brillantes ataques, ingeniosas celadas y sencillas y asequibles explicaciones no quedarán defraudados, tampoco aquellos amantes de los análisis más rigurosos, hay tanto de lo uno como de lo otro en el libro. Lo que posiblemente a muchos habrá sorprendido, así fue al menos en mi caso, fue el encontrarme con detallados análisis de posiciones simples... y es que la jugadora húngara aparte de ser conocida por sus brillantes ataques y su capacidad para descubrir celadas tácticas en casi cualquier posición, incluyendo algunas aparentemente simples, siempre tuvo una singular destreza técnica y una bien ganada reputación de buena conductora de finales. Sus comentarios en alguna de estas posiciones, aparentemente anodinas y simples, son de lo mejor que he leído nunca en un libro de ajedrez. 

Judit quería no solamente escribir un libro sobre su carrera ajedrecística y compartir fotos y anécdotas con sus "fans" sino también realizar un trabajo verdaderamente instructivo que pudiese ser también disfrutado por aficionados, de ahí su peculiar estructura. Las posiciones, fragmentos y las partidas completas expuestas no siguen un orden cronológico sino que están agrupadas por temas... así veremos un capitulo dedicado a las celadas, otro a las redes de mate, otro dedicado al tema de atrapar la dama, a la jugada intermedia, al rápido desarrollo, a la mejora de la situación de las piezas, al ataque al rey en el centro, a las posiciones simples y la técnica en los finales, al ataque sin la presencia de damas en el tablero... 

Donde otros escritores se esfuerzan en plagar las páginas de un libro de ajedrez de variantes y más variantes Judit simplemente se ha limitado a escribir el libro que todo buen aficionado al juego le gustaría leer, ni más ni menos. Abundancia de comentarios, de diagramas... hay partidas y posiciones de juego donde prácticamente no es necesario un tablero para seguir las evoluciones en el tablero, se distinguen además perfectamente las partes dedicadas a las variantes y jugadas alternativas del hilo principal de la partida variando incluso el tamaño de los tableros mostrados. Toda una serie de detalles muy de agradecer y que convierten en el libro en todo un modelo a seguir. Nada de fárragos ni largas parrafadas, nada de listas interminables de jugadas que hay que seguir en un tablero, o dos, y que seguramente casi nadie, salvo los profesionales o los jugadores más fanáticos, llegan a seguir de verdad. El inglés utilizado por Judit además es elegante y sencillo, en mi caso que tengo un nivel bastante bajo no he tenido problema alguno para seguir la narración de las diferentes historias y anécdotas referidas a las partidas y torneos.

Otro punto muy a destacar del libro es el esfuerzo que ha hecho su autora para rescatar del olvido los elementos psicológicos del juego ¡menuda diferencia con otros trabajos !... Judit nos comentará el tiempo invertido en tal o cual jugada en momentos críticos de la partida, sus trucos para poner a sus rivales en aprietos justo en los momentos cruciales, sus pensamientos antes de las partidas, su actitud ante el ofrecimiento de tablas de sus colegas, su tensión y sus nervios, su alegría al descubrir y compartir con el lector golpes tácticos insospechados en el tablero... en fin, toda una gozada de libro que no puedo más que recomendar a cualquier buen aficionado al ajedrez.

Lo mejor: Un trabajo muy bien hecho, instructivo, ameno, escrito en un inglés bastante asequible y que hace olvidar en general la ausencia de traducción, de momento, al castellano. En mi opinión no la necesita para nada. Algún comentarista en Internet recomendaba la trilogía de Judit por encima incluso de la obra magna de Kasparov "Mis geniales predecesores" ... para juzgar si tiene o no razón tendría que leer las siguientes dos entregas de la maestra húngara, pero puedo asegurar que si el nivel de las siguientes es semejante al del primero es probable que estemos ante una de las mejores y más instructiva serie de libros de ajedrez escritos en los comienzos de este siglo XXI, seguramente para un jugador de nivel "aficionado" como es mi caso sin duda alguna la mejor. Me encanta la colección de fotos que incluye. Judit puede estar muy orgullosa de este trabajo.

Lo peor: La calidad tiene un precio y el libro por ello no es precisamente barato, el hecho de estar todavía sin traducir del inglés puede echar para atrás a más de un lector.

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