lunes, 1 de septiembre de 2014

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas

"Hubiese querido deshacerme en lágrimas, pero no podía llorar. Era demasiado mayor para hacerlo, había tenido demasiadas experiencias en mi vida. En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento."


Ficha: "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas", Haruki Murakami, Tusquets Editores,  617 páginas, ISBN: 9788 483 835807

Casi he terminado ya con mis lecturas de verano, me apetecía volver a asomarme al particular universo del escritor japonés, sus libros pertenecen a ese tipo de cosas que o te gustan o no, al igual que los gatos por ejemplo no existe prácticamente el término medio, o te gustan o no... puedes saltar de una opción a la otra pero no suele haber nada a medio camino de ambas. Murakami es así, o bien te enzarzas en la lectura de un primer libro suyo, no importa cual, y lo dejas sin terminar... o bien, te lees todo lo que lleve su firma, es un escritor tan particular con un mundo tan único que raramente admite medias tintas.

De todo el material que se ha publicado en castellano solamente me queda ya por leer su monumental "1Q84", que conscientemente me estoy dejando para el final y su última novela... este que comento aquí era el penúltimo peldaño para sumergirme de lleno en la obra mencionada. Tal y como acostumbran a hacer las editoriales con las obra de un autor al que le llega la fama en un momento relativamente tardío, Murakami lleva bastantes años escribiendo aunque la fama le ha llegado en una época relativamente tardía en nuestro país, Anagrama publicó la primera traducción castellana de una obra suya en 1.992 y tuvieron que pasar nueve años para que la versión en español de "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" viese la luz. El orden de publicaciones de sus novelas traducidas al castellano ha sido bastante errático, publicándose obras de sus comienzos de forma posterior a otras obras más conocidas... en fin, un verdadero caos porque esta insólita obra suya data nada más y nada menos que de 1.985, y se publicó su original en Japón justo antes de la conocidísima "Tokio blues"... aunque se haya publicado en nuestro país cuatro años más tarde. 


Afortunadamente a pesar de todo ese desorden cronológico al que ya nos tienen acostumbrados las editoriales a los fans del escritor nipón, sus obras se pueden leer de forma independiente y es más... repiten obsesivamente los temas de siempre, el amor y la soledad, la extrañeza frente a un mundo demasiado complejo e inexplicable, la sensación de no pertenecer a ninguna parte, la sensación de vacío frente a algo que se tuvo y ya no se tiene... narraciones casi siempre en primera persona de un personaje que se repite la mayoría de las veces, un varón de treinta y pocos años, soltero, divorciado o que acaba de perder a su mujer o a su novia... nunca hay vida familiar, apenas aparecen niños, muchas referencias a la música pop y rock de los setenta y ochenta aunque también al jazz y a la música clásica, y por supuesto muchas referencias culinarias, sobre todo a platos típicos de la cocina japonesa... en esta novela tenemos más de lo mismo.

Aunque por su temática de fondo sea reconocible al 100% como una típica novela de Murakami no lo es tanto por su forma, el autor abandona su típico relato lineal en primera persona para ofrecernos lo mismo pero escindido en dos... realmente son dos novelas entrelazadas, "El fin del mundo" nos muestra a un personaje atrapado en una misteriosa ciudad rodeada por una enorme muralla, no recuerda nada de su vida anterior, en la ciudad habitan una serie de curiosos personajes que parecen encontrarse en una especie de paz interior que les hace aceptar plenamente el papel que allí desempeñan... una ciudad sin crímen, sin violencia, pero también sin emociones y sin esperanzas... como nota curiosa hay un enorme rebaño de unicornios que día tras día entra y sale de la ciudad cuya única puerta guarda un celoso guardián experto en afilar cuchillos...

"Un despiadado país de las maravillas" nos muestra esta vez al típico personaje de las novelas de Murakami, japonés, treinta y cinco años, y más solo que la una, con una vida anodina y sin expectativas de ninguna clase antes de su jubilación... tras la misma solo tiene un ambiguo plan de "aprender griego y a tocar el violonchelo", hasta ese momento se limita a realizar eficazmente su trabajo, una especie de cifrado de datos que solamente pueden realizar determinadas personas que trabajan para una organización oficial "El Sistema", enfrentados permanentemente con "La Factoría" una organización rival, e ilegal, que realiza los mismos cometidos. Una peculiaridad de su cerebro le permite realizar mediante unas técnicas secretas el trabajo. Precisamente a raíz del último "encargo" que recibe conocerá a un misterioso profesor y a su hija... la historia se irá complicando cada vez más ya que se ve inmerso en medio de una lucha entre organizaciones rivales, y por si fuera poco deambulando por un Tokio subterráneo por donde pululan criaturas de lo más extraño... 

Así en esta ocasión Murakami nos obsequia con dos historias en una, se van sucediendo los capítulos donde vamos alternando los dos diferentes escenarios, el escenario fantástico de la ciudad del fin del mundo y ese Tokio extraño (aunque se empeñen en algunos sitios en denominarlo "futurista") ya bastante más afín a los típicos escenarios donde se suceden las narraciones del autor. Da la impresión de que Murakami quería hacer algo distinto, darle un giro más marcadamente fantástico a su relato, jugar con la estructura (aunque no mucho) y escribir una especie de alegoría sobre el sentido de la vida humana y la naturaleza última de los deseos. Hay un homenaje claro, bueno más claro que de costumbre, a Kafka y a la literatura fantástica en general. 


Naturalmente si hablamos de Murakami no podían faltar los personajes femeninos, tres mujeres, fascinantes y extrañas, ocuparán su lugar en la narración como de costumbre... una chica singular (a la que el autor a través de su personaje insiste en llamar "gorda" de forma políticamente incorrecta en estos tiempos), otra no menos extraña, la bibliotecaria con dilatación gástrica capaz de engullirse lo que le pongan por delante y la pobre alma perdida (también en una biblioteca donde en vez de libros solamente hay cráneos de unicornios y en los mismos se leen "viejos sueños") atrapada en el mundo fantástico del fin del mundo.

Poco a poco la trama se irá desvelando y quedará clara la relación que existe entre ambas historias... viene a mi memoria una frase de Lovecraft donde más o menos decía "aquello que llamamos vida no es sino una serie de imágenes almacenadas en nuestro cerebro y no existe ningún motivo para darle más importancia a aquellas procedentes del mundo real y aquellas imaginadas"... precisamente el relato del "despiadado país de las maravillas" posee muchas resonancias de Lovecraft, el mundo subterráneo del laboratorio del doctor y los "tinieblos" tienen demasiada semejanza con los relatos de horror del escritor americano como para ser casual. 

La sensación final que me queda tras leer esta novela es que es una historia "redonda" donde hay un final que poco a poco se va perfilando como previsible, es más, seguramente es el único admisible y donde el autor como de costumbre vuelve a verter sus miedos, sus preocupaciones, sus angustias y su sentido de la extrañeza ante el mundo de forma más intensa si cabe. Un final redondo que no exime al autor del exceso, porque hay demasiado exceso en esta novela, parece como si determinados escenarios hubieran cautivado su imaginación o le hubieran resultado tan fascinantes que no quisiera abandonarlos... termina cansando un poco, termina siendo demasiado reiterativo... y sobre todo sobrecargando una novela a la que le sobran un centenar largo de páginas en mi opinión.


Lo mejor: Los que ya lleven a cuestas unas cuantas lecturas del escritor japonés y aún no hayan escarmentado no deberían perderse esta novela, todo un banquete a base de un Murakami en estado puro adobado con más elementos extraños de lo habitual. De nuevo las cavilaciones referentes al sinsentido de la vida, a la soledad, a la importancia de los sentimientos y las emociones... todo un ensayo camuflado cargado de referencias simbólicas que hará la delicia de los fans de este especialista en cuentos extraños. Si no has leído nada de Murakami ni se te ocurra comenzar con este libro :-).

Lo peor: Melancólico, triste, un poco pasado de rosca, demasiado pesado con los asuntos de cifrado de datos y el procesamiento cerebral de los mismos... demasiadas galerías subterráneas, demasiado vacío y angustia. No es la mejor obra de este autor aunque desde luego contenga todos aquellos elementos que puedes esperar en las mismas. 


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