viernes, 27 de septiembre de 2013

Muerte aparente en el pensar


"Así como estamos aún muy lejos de haber sacado todas las consecuencias de la frase Dios ha muerto, somos muy poco conscientes todavía de todas las implicaciones de la frase el observador puro ha muerto". 

Peter Sloterdijk


Ficha: "Muerte aparente en el pensar. Sobre la filosofía y la ciencia como ejercicio", Peter Sloterdijk, Ediciones Siruela, 132 páginas, ISBN: 9788498418279

El 22 de junio de 2.009 en la universidad alemana de Tubinga tuvo lugar una conferencia por el filósofo alemán Peter Sloterdijk cuyo texto principal convenientemente ampliado y remodelado es el orígen de este libro. En aquel momento Sloterdijk acababa de publicar en Alemania uno de sus ensayos más ambicioso de los últimos años y se hallaba por así decirlo en una especie "gira promocional", de ahí que en esta obra menor, publicada en alemán en 2.011 y este mismo año en castellano, se ocupase de los temas abordados en esa otra obra "Has de cambiar tu vida", también publicada en esta misma editorial.

Sloterdijk es uno de los filósofos actuales más conocidos internacionalmente, revolucionó el panorama de las letras allá por el año 1.983 con su gran obra "Crítica de la razón cínica" que le hizo valedor del epíteto de transgresor y rupturista. Desde entonces ha seguido un camino propio que culminó en su gran obra en los años noventa, la trilogía "Esferas", cuya lectura un servidor ha intentado abordar en un par de ocasiones sin demasiado éxito. Y eso que Sloterdijk es un escritor brillante que conjuga un estilo exquisito con una gran dosis de erudición. No obstante su forma de escribir filosofía está bastante alejada de lo que un neófito en el tema está acostumbrado de ahí mi abandono, no por falta de interés ni por imposibilidad, sino más bien por la conciencia de estar ante una tarea que de momento me sobrepasa. Con este escritor uno ha de tener una cosa clara, que el viaje va a ser largo y se va a ramificar extraordinariamente, que va a tener que andar poniendo puntos de anclaje en el texto una y otra vez para posteriormente revisarlos y releer parte del texto, que no hay prisa en llegar al final y que, en contrapartida, no importa demasiado si nos sentimos perdidos porque hay laberintos donde merece la pena perderse. 

Esta obra que comento aquí participa de algunas de esas características, se asemeja a un bonito sendero de montaña, sencillo de recorrer, con las dificultades justas, pero situado en un paraje tan hermoso que uno no puede sino detenerse una y otra vez a admirarlo, con múltiples recodos que invitan a abandonar continuamente el mismo para recorrer esos otros senderos secundarios, aun a riesgo de perderse. Sloterdijk se embriaga con el mundo de las ideas, destila pensamientos interesantes, visiones peculiares y nos las brinda continuamente para que disfrutemos del viaje. 

Es por eso que esta es una obra engañosa, se lee con relativa facilidad y pronto, no podría ser de otra forma si el estilo es claro y el número de páginas breve, pero que a la vez incita a marchar hacia atrás y releer capítulos para ver si estos, una vez conocido el final y las conclusiones, adquieren nuevos significados. Poco espacio físico, pero una buena densidad de ideas que me hace pensar en como será la lectura de esa obra principal de la que esta es a la vez un breve esbozo y conclusión.

Sobre la vida contemplativa y vida activa trata el libro, particularmente sobre la génesis y significado de la primera, el libro nos presentará el intento, vano y fracasado, de construir un observador puro e independiente capaz de tomar distancia del mundo y de las ideas para, una vez elegida ese tipo de vida, sumergirse en una existencia externamente anodina y fracasada, pero internamente auténtica y fructífera. Esa muerte en vida que sería la existencia consagrada a la reflexión y la filosofía hace tiempo que no constituye otra cosa que un sueño del que hace tiempo que se despertó, o más bien que determinados factores terminaron "asesinando". Ni el mundo del arte puede proporcionar esa pureza de visión necesaria, ni por ejemplo Husserl y su fenomenología en un intento de construir una filosofía comparable a las ciencias exáctas, han tenido éxito. Las actuales ciencias cognitivas, la física cuántica y la constatación de que el observador modifica lo observado, la filosofía existencialista y su obsesión por el sujeto individual... no hay nada parecido ya a un observador puro y este es condición indispensable para una verdadera vida contemplativa.

De ahí el título de la obra, esa muerte aparente del pensar es precisamente eso, solo aparente, porque el pensar se convierte así en un ejercicio, se rompe pues la falsa dicotomía de reflexión acción, que ha venido presidiendo buena parte de la filosofía occidental, en oriente nunca existió completamente como tal. Así una universidad, un centro de investigación o incluso una escuela de bellas artes serían algo así como gimnasios, centros de ejercicios donde uno se ejercita en tal o cual disciplina, y no herméticas torres de marfil donde la vida intelectual, para ser considerada como tal, ha de quedar forzosamente apartada de los asuntos del mundo. 

"Sigue existiendo en muchas partes un profundo avenimiento entre ascesis y cultura discursiva, por más que los arrebatos metafísicos de antes ya no se consideren dignos de crédito. Incluso hoy, a pesar de numerosos desarrollos problemáticos, la filosofía y las ciencias pueden cultivarse como noble ejercicio de la vida consciente, aunque, efectivamente, el angelismo ingenuo haya agotado ya su papel. Los fieles actores de la vida en las profesiones teóricas testimonian con su ejemplo diario que entre la muerte y la vulgaridad ha de haber todavía una tercera opción. ¿Y quién puede excluir que el ángel de la teoría no cruce de vez en cuando el espacio? ¿Quién podría permanecer fiel al oficio del pensar, si no hubiera momentos ocasionales que nos permiten adivinar de lejos qué sucedió con Sócrates cuando se quedó parado en el portal a la escucha de sus voces interiores?"




Lo mejor: Una pequeña muestra del buen hacer de este gran filósofo y seguramente un libro ideal para introducirse en su obra. Claridad expositiva y erudición sumada a una forma casi literaria de elaborar sus ideas. Si fuera posible elaborar un ranking de filósofos en base a la belleza estilística de sus escritos Peter Sloterdijk estaría entre los primeros, de momento para mí indiscutiblemente en el número uno aunque haya otros autores más fáciles de leer. La presentación y la edición es de verdadero lujo, un 10 para la editorial.

Lo peor: Filosofía en estado puro, apta solamente para lectores habituados a estas espesuras, el resto de lectores harían mejor en iniciarse con otros autores más sencillos. No es ni de lejos una de las mejores obras de Sloterdijk, la sencillez y la brevedad en este caso están reñidas con la importancia. No obstante una lectura atenta puede sacar bastante provecho de este aparentemente insustancial ensayo. Una pena también el excesivo precio de los libros "técnicos" como este.


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