jueves, 11 de abril de 2013

Todo lo que sé lo aprendí de la tele


Ficha: "Todo lo que sé lo aprendí de la tele", Mark Rowlands, editorial Edaf, 309 páginas, ISBN: 978 844 1420144

A comienzos de año tuve la oportunidad de leer un libro de divulgación filosófica relacionada con elementos de la cultura popular, se trataba de "El Señor de los Anillos y la filosofía", un libro que venía a sumarse a una moda iniciada hace unos pocos años, tratar de vendernos la simple divulgación de la filosofía con el gancho de películas y series conocidas de sobra por todos. Confieso que el libro terminó cansándome y tuve la sensación de que no hubiera sido escrito jamás de no haberse estrenado las películas del Sr. Jackson que elevaron la ya gran popularidad del libro de Tolkien a niveles impensables hace tan solo poco más de una década.

Así que me dije "ninguno más de este tipo", tras año y medio interesado por la filosofía y formando la misma actualmente mi tema favorito de lectura en este 2.013 me propuse leer menos libros pero abordar lecturas más técnicas, ir directamente a las obras de filósofos conocidos, siempre que fueran asequibles a mi nivel de neófito en el tema claro... eso excluía de raíz cualquier aproximación al libro que quiero comentar hoy en este blog. Sin embargo no he podido evitar caer en la tentación no solamente de leerlo, sino también de comprarlo y disfrutar mucho con su lectura. Había varios motivos, concretamente tres, que más allá del consabido "porque me sale de ahí", como diría Bart Simpson, explican su elección.

Primero, el libro "El filósofo y el lobo" de Mark, comentado aquí hace poco, me dejó tan buena impresión que me dije que tenía que leer como fuera todo lo que se publicase en castellano de este hombre. 

Segundo, en la revista "Filosofía Hoy", de la que soy un devoto seguidor, publicaban un artículo donde se hacían eco de esta relativamente nueva moda en el campo de la divulgación filosófica y donde se valoraba muy positivamente esta obra de Mark... probablemente la mejor de las disponibles en nuestro idioma al día de hoy.

Tercero, en el libro de Rowlands antes mencionado el autor realiza un irónico comentario sobre el éxito que tuvo el libro que aquí comento donde dice si no recuerdo mal "escribí aquel libro casi íntegramente bajo el influjo del alcohol, así salió".

Este por lo tanto es un texto escrito durante largas noches de soledad con una botella de Jack Daniel's a la mano y junto a un lobo aullando a la luna... ¿álguien podría resistirse a una obra semejante? ;-). Bromas aparte, en él Mark no hace alusión a sus frecuentes borracheras de aquella época, hoy es un responsable padre de familia, pero sí que lo hace en cambio en algún momento a algo relacionado con las mismas, al hecho de escribir bajo el influjo de la resaca... he de comentar que se nota, se nota tanto el efecto de haber escrito bebido como con la cabeza empanada por la resaca. No quiero ni pensar si este es el texto "expurgado" por el editor donde se habrán corregido muchos excesos como sería el manuscrito original.

Buffy cazavampiros, Los Soprano, Sexo en Nueva York, Friends, 24, Seinfeld, Los Simpson y Frasier son las series utilizadas como excusa de otras tantas grandes cuestiones filosóficas. ¿Cuáles son nuestras obligaciones cara a los demás y respecto al mundo? ¿Puede una buena persona llevar a cabo malas acciones? ¿En qué consiste la felicidad? ¿Qué es el amor? ¿Qué es la justicia? ¿Hay algo malo en ser egoísta? ¿En que consiste el buen vivir? y finalmente ¿Cómo conocerse a uno mismo?... Grandes cuestiones que han mantenido entretenidos a los filósofos durante siglos y siglos y que todavía están muy lejos de dilucidarse por completo. Los ejemplos que en un libro de otro tipo tendría que inventarse el autor aquí le vienen dados... justamente por los personajes y el argumento de estas series enumeradas, conocidas de sobra por todos, o fácilmente accesibles mediante Youtube como ha sido mi caso en alguna de ellas.

Así que lo bueno es que aquellos que gustan de temas filosóficos están de enhorabuena, van a tener tema de sobra para leer, Mark no es un escritor que se contente con una aproximación superficial a los temas, pero tampoco es un erudito cansino que nos abruma con datos y páginas y páginas con referencias múltiples... es un libro de divulgación para el gran público, para gente que en su vida se ha acercado a la filosofía y eso es tenido siempre muy en cuenta. Ahora bien, tampoco es un libro dirigido a los fans de estas series... entre otras cosas porque me extrañaría mucho, dada su variedad temática, que hubiera alguien que gustase de las ocho series de las que trata esta obra. Las hay para todos los gustos, superficiales y tontorronas como Seinfeld, dramáticas y crudas como 24, ingeniosas como Los Simpson y para puros "frikis" sin remedio como Buffy. Humor chorra y descafeinado se mezcla con ironía y humor inteligente, el humor negro y la violencia de Los Soprano con la adrenalina de 24... Mark nos cuenta con pelos y señales de que va cada una de ellas, en ocasiones parece que las copas le afectan un poco al cerebro cuando se enreda en sus argumentos... pero en cuanto entra en su terreno, en la divulgación filosófica, no en vano es profesor de esa materia, entonces es cuando dan ganas de quitarse el sombrero.


El libro tiene un arranque sencillo pero poderoso, un prólogo donde se analizan las cuatro características, a juicio del autor, con las que podríamos evaluar eso tan nebuloso e impreciso llamado "modernidad", ese prólogo será una especie de referencia y vara de medir con la que juzgará posteriormente las lecciones extraidas de cada serie... así Buffy Cazavampiros nos ilustrará el tema de la modernidad y las obligaciones para con los demás... de paso se hace una buena incursión por terrenos existencialistas y se nos presentará la figura de Sartre. Los Soprano servirá de excusa para hablar del subconsciente, de Freud, y de el bien y el mal. Sexo en Nueva York tratará del tema de la felicidad... entre otros se hablará de Aristóteles. Friends se centrará en la amistad y el amor, diferencias y semejanzas, ahí serán Platón, Schopenhauer y finalmente de nuevo Aristóteles los que nos hablarán, por boca de Mark, sobre la idea del amor... 24 traerá toda una disquisición filosófica sobre la justicia y el eterno debate de si el fin justifica los medios, naturalmente los filósofos utilitaristas como Jeremy Bentham y John Rawls con su teoría de la justicia serán citados extensamente... Los Simpson nos descubrirán distintas formas de encarar la vida, estoicismo, epicureismo, Nietzsche, la moral católica... y finalmente Frasier, de la mano de la filosofía de David Hume nos arrojará al tema siempre complicado del conocerse a sí mismo. Y eso a grandes rasgos porque el libro está trufado de múltiples referencias filosóficas... el libro comienza con un tema, se presenta a continuación la serie y luego se pierde por mil razonamientos y argumentaciones, nunca sabes hacia donde te va a llevar el autor, un viaje caótico, imprevisible y sobre todo fascinante.

"Nuestras vidas están marcadas por la superficialidad. Nos dedicamos a matar el tiempo y, después, morimos.
Poco de grandioso podemos descubrir en esa clase de vida. Poco que parezca tener un significado o un sentido. Es uno de los riesgos del pensamiento moderno. A estas alturas ya no quedan muchas cosas por las que estemos dispuestos a jugarnos la vida y, en consecuencia, nuestras vidas se empobrecen cada vez más. Hasta el punto de que esa cortedad de miras amenaza con socavar hasta la idea de sentirnos a gusto con nosotros mismos, la misma que late en el meollo del pensamiento moderno. Si las elecciones que tomamos y que definen nuestras vidas no guardan relación con algo que tenga un significado o un valor reales, si da lo mismo optar por una cosa o por otra, la idea de sentirse a gusto con uno mismo se convierte en un concepto nulo y vacío. De forma que el peligro de la modernidad constituye, asimismo, un peligro para la modernidad, una amenaza que acabará por erosionar sus propias premisas hasta que resulte barrida por el torbellino de la historia."


Lo mejor: Escrito en un estilo directo, sencillo y lleno de ironía, Mark nos ofrece unas clases veraderamente interesantes sobre filosofía. A diferencia de otras obras que suelen dejar en el aire más interrogantes que los que resuelven, Rowlands suele llegar a conclusiones, discutibles como todo, allá donde considera que es posible. Por lo tanto es un libro que no solamente expone un tema y nos hace partícipes de su complejidad sino que también aclara muchas ideas. A diferencia de otros autores de libros de esta temática, que dan la impresión cuando escriben de andar embutidos en un traje almidonado, Mark dota a su obra de sentimiento y sentido del humor... sin duda alguna es uno de esos filósofos a los que valdría la pena conocer en persona y compartir con ellos una pinta de cerveza en un pub, algo que no puedo decir de todos los autores que he leído ultimamente, me refiero a los vivos naturalmente ;-).



Lo peor: En ocasiones las reiteradas alusiones a la serie entorpece las argumentaciones y simplemente están de más, en la era de Internet no tiene sentido que nadie nos cuente con pelos y señales de que va tal película o tal serie si podemos verla en casa en cualquier momento. Estos enredos del autor con el argumento de las series son para mí lo más prescindible del libro, seguramente porque las mismas me importan bien poco... pero en el caso de que no hubiera sido así y fuese un verdadero fan de alguna de las series me hubiera llevado un buen chasco, hay toneladas de filosofía en este libro, algo que inevitablemente se le atragantará al lector incáuto que se acerque a esta obra simplemente por su vertiente televisiva... sinceramente yo no creo que hubiese aguantado ni diez páginas de haberlo leído en la época en la que Mark lo escribió.

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