martes, 4 de septiembre de 2012

Tiempos líquidos


"... la gradual pero sistemática supresión o reducción de los seguros públicos, garantizados por el Estado, que cubrían el fracaso y la mala fortuna individual, priva a la acción colectiva de gran parte de su antiguo atractivo y socava los fundamentos de la solidaridad social. La palabra "comunidad", como modo de referirse a la totalidad de la población que habita en el territorio soberano del Estado, suena cada vez más vacía de contenido"


Ficha: "Tiempos líquidos", Zygmunt Bauman, editorial Tusquets, 155 páginas, ISBN: 978-84-8383-029-1

Hacía tiempo que deseaba leer alguna obra del afamado sociólogo polaco, concretamente desde que leí un artículo suyo en el especial "¿En que piensan los filósofos?" donde se puede leer una introducción a su vida y su pensamiento, centrado este último en la segunda fase de la modernidad que vivimos en las últimas décadas, la llamada "modernidad líquida", por oposición a lo sólido considerado este como estable y repetitivo. Hoy en día prima lo insustancial, lo frágil de las relaciones humanas, lo cambiante y lo incierto... de una modernidad de grandes ideas empeñada en la ingenería social, de las que el comunismo y el holocausto nazi fueron dos de sus más terribles consecuencias, hemos pasado a una especie de post-modernidad líquida donde se prima la individualidad por encima de todo y donde la principal característica es el cambio continuo y la incertidumbre.

Esta crítica y disección de los tiempos que nos ha tocado vivir está presente en toda la obra reciente de Bauman, obra por la que recibió en 2.010 el Premio Príncipe de Asturias de comunicación y humanidades. Zygmunt a pesar de su edad avanzada, 87 años de edad, es un escritor que desarrolla una actividad frenética y que como él mismo confiesa en su última obra publicada "Esto no es un diario" considera perdido un día en el que no haya escrito nada. Haciendo un recuento salen ya 24 libros desde el año 2.000 hasta la fecha actual, dos por año, toda una proeza para alguien que ha entrado ya en su octava década de existencia que no ha perdido ni la ilusión por escribir ni la lucidez y la visión certera que da la perspectiva que solo puede tener alguien que ha vivido tanto y que ha sido testigo directo de la mayor parte de la historia del último siglo y del presente.

Esta obra que comento aquí, "Tiempos líquidos", es otra de tantas donde analiza los tiempos actuales bajo el prisma de su visión de la modernidad "líquida" ya expuesta. Básicamente es una colección de cinco "mini ensayos" en forma de otros tantos capítulos, donde expone sus ideas principales. El fenómeno de la globalización, el divorcio entre poder y política, la supresión de los sistemas de seguridad pública garantizados por el estado, el colapso de la planificación a largo plazo y el mayor márgen de responsabilidad individual que se combina irónicamente con problemas que solo tienen solución global...

Globalización, inseguridad y miedo.
En el primero de los capítulos nos hablará de la globalización y su efecto en la justicia y la percepción de la misma, como esa globalización de marcados tintes económicos, negativos en su mayor parte, afecta a las naciones y como estas poseen cada vez menos margen de maniobra y capacidad para cambiar las cosas. Una economía global en un mundo donde el poder político sigue siendo en gran medida local... y como los nuevos problemas globales son imposibles de afrontar por los gobiernos, culminando en una marcada y generalizada sensación de inseguridad en el ciudadano con respuestas a la misma que distan mucho de solucionar el problema, más bien al contrario. Bauman pinta un panorama realmente angustioso pero vívidamente real:

"El miedo constituye, posiblemente, el más siniestro de los múltiples demonios que anidan en las sociedades abiertas de nuestro tiempo. Pero son la inseguridad del presente y la incertidumbre sobre el futuro las que incuban y crían nuestros temores más imponentes e insoportables"

Tengo que comentar obligatoriamente aquí que Bauman se centra fundamentalmente en la psicosis terrorista que se experimentó desde 2.001... este libro fue publicado en 2.007 de ahí que no haya referencias a la actual crisis económica, que vino a estallar en el verano de aquel año, Bauman no es un economista de modo que resulta más que curioso que en este libro apuntase a unos efectos indeseables de la "modernidad líquida" que hemos visto acentuarse hasta el paroxismo con motivos de la crisis... lo que me lleva a reconocer que había un terreno más que abonado para la aparición de la misma y que tarde o temprano, con crisis o sin ella, la demolición del estado del bienestar al que hoy estamos asistiendo iba a ser un hecho.

El segundo capítulo se centra en los llamados "desechos humanos" de la economía globalizada, concretamente de los refugiados y los "inmigrantes económicos", masas de población empobrecidas, a menudo fugitivas de estados en guerra y descomposición, que arriba a las costas del primer mundo... donde son a menudo confinados en el limbo de los campos de refugiados, una situación teóricamente provisional que paradójicamente se convierte en lo único permanente de esta modernidad líquida tan magistralmente expuesta por Bauman. El blindaje de los estados desarrollados contra el asalto de esta masa indigente y desesperada en una política común que destaca por su inhumanidad y por despojar a la misma de todo derecho y toda identidad. Se asocian las naciones, se incluye dentro de sus fronteras a algún estado pobre que proporcione mano de obra barata al resto y a continuación se blindan las fronteras... la Unión Europea y los Estados Unidos con su acuerdo con México y Canadá son ejemplos perfectos.

El tercer capítulo se centra en la evolución de los derechos políticos y civiles de los ciudadanos de las democracias, mucho más restrictivas en cuanto a los mismos en su origen, y como poco a poco fueron convergiendo los intereses de aquellos que ya detentaban el poder político y poseían las llaves de la economía y aquellos que deseaban obtener una cuota de poder precisamente porque carecían de medios económicos... al final la moneda de cambio entre ambos colectivos se llamó "seguridad". Actualmente ese canje se ha invertido y cada vez más ámplios sectores de las clases populares pierden derechos y poder político en detrimento de los que se aferran al mismo, y el mecanismo para ello no es otro que la demonización y la exclusión social, en el libro se nombrarán a los inmigrantes, los parados (mucho más numerosos ahora que en la época de la redacción del libro) y los convictos y ex-convictos. El feroz individualismo fomentado desde todas partes y la pérdida de conciencia de clase al final termina precisamente dividiendo a aquellos que en el pasado obtuvieron de su unión su principal y casi única fuerza. Otra de las aterradoras consecuencias de esa modernidad líquida que marca los tiempos actuales es el sentido prácticamente irrevocable de la exclusión social, como el limbo jurídico donde se recluye a los refugiados es lo más duradero de un mundo en constante cambio.

El libro se acerca a su final con un cuarto capítulo dedicado a la ciudad moderna como máxima expresión de los tiempos que corren, ciudades que cada vez más se constituyen en tres sectores cláramente diferenciados, una zona alta-residencial donde viven las clases más pudientes, sin conexión con el resto y rodeada de elementos de seguridad y vigilancia, una especie de ciudad virtual inexistente y que podría echar a volar y estar en cualquier otro sitio, una especie en definitiva de guetto al revés de donde se puede salir fácilmente pero donde está restringida la entrada, una ciudad dominada por el sentimiento denominado por Bauman "mixofobia" o miedo a la mezcla... me reservo la opinión personal sobre todos aquellos que eligen un lugar como ese para vivir. La ciudad "normal", abierta y plural donde sigue viva la historia y donde la mezcla es la moneda común, donde se vive el sentimiento de "mixofilia" o amor por el mestizaje y la mezcla, una parte de la ciudad que es una escuela de vida y de convivencia, no exenta de tensiones y problemas pero sin miedo para afrontarlos. Y por desgracia también el guetto y barrio marginal, anverso de la zona residencial y alejado al igual como ella del verdadero espíritu de la ciudad en sí, tan artificial como la zona "rica" y de donde lo complicado, por no decir imposible, es salir.

"La mixofobia que amenaza la convivencia de los habitantes urbanos no es la fuente de su inquietud, sino el resultado de una interpretación perversa y engañosa de sus orígenes; una manifestación de intentos desesperados y, a fin de cuentas, provisionales, para atenuar el dolor provocado por la angustia: eliminan la irritación mientras que se equivocan en la cura de la enfermedad."

A estas alturas del libro confieso que me sentía un poco decepcionado ya que lo veía centrado en grandes cuestiones y sesudos análisis, certeros y esclarecedores, pero me parecía que dejaba un poco de lado la cuestión del individuo inmerso en esta "realidad líquida", seguramente porque Bauman ha dedicado otros trabajos a ese tema. Sin embargo en la quinta parte dedicada al significado de la utopía en los tiempos actuales es donde me reconcilié un poco con el autor... ¿tiene significado todavía la utopía?... de una forma un tanto irónica Zygmunt nos muestra que la búsqueda en Google del término utopía produce más de cuatro millones de resultados... aunque paradójicamente la gran mayoría vinculados al mundo de la publicidad, como no :-). Me ha encantado la comparación entre la labor del guardabosques, el jardinero y el cazador. El primero como símbolo del gobernante pre-moderno, convencido de que existe un orden natural en las cosas que conviene no tocar, el segundo como el ingeniero social, tan presente en los primeros tiempos de la modernidad ... y finalmente el tercero como símbolo del depredador actual, la caza es el símil más adecuado no solamente para el político actual sino también para el empresario e incluso el ciudadano medio, saca de este mundo cuanto puedas y a vivir que son dos días. La utopía de un orden natural donde el hombre es un mero espectador del orden divino, un mero guardabosques, limitándose a mantener el orden "natural", o la utopía del jardinero que trata de experimentar y mejorar lo que ya existe, dejan paso a la búsqueda constante de emociones, la emoción de la caza, donde no hay una finalidad en sí y donde apenas se ha cobrado una pieza ya se piensa en la siguiente viviendo en un estado de excitación-decepción continua, no me imagino una definición mejor de los tiempos que vivimos y de las personas con las que compartimos este mundo de locos.

Lo mejor: Una visión lúcida y precisa de los tiempos que vivimos, explica muchas cosas y disecciona a la perfección el espíritu de esta época de cambios constantes, de miedos, de incertidumbres sin fin y donde a veces el olvido de lo aprendido es tan importante o más que las habilidades por adquirir, donde el poder se ha separado de la política con funestas consecuencias que llevamos años sufriendo y como muchas de las situaciones que actualmente vivimos, como ese minado y destrucción sistemática del estado de bienestar, ya hacía mucho tiempo que habían sido denunciadas. Un proceso que ahora se vende como "inevitable" como consecuencia de la crisis.

Lo peor: Sin duda alguna que Bauman escribiría ahora un libro diferente, la crisis económica ha acentuado, que no cambiado, las características de esa sociedad descrita en el libro a la vez que ha mutado unas cuantas cosas, por ejemplo la psicosis por la seguridad sigue presente más viva que nunca pero ya no es el terrorismo internacional, a pesar de los esfuerzos por los gobiernos para que así sea, el protagonista de los miedos del ciudadano medio, cada época tiene sus miedos y en la actual situación seguimos igual que en el año de publicación del libro pero con objetos del temor cambiados. Me hubiera gustado una implicación más a fondo del autor en el individuo, algo a lo que apunta un poco en el prólogo, y como ese mundo en el que vivimos afecta a nuestra vida personal. Y por supuesto una salida, un esbozo siquiera, a una posible solución y una mirada de futuro. Conocer el orígen de un problema y su desarrollo es importante para intentar algo más, pero el libro se queda simplemente ahí...



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