sábado, 11 de agosto de 2012

Dios no es bueno

Ficha: Dios no es bueno, Christopher Hitchens, editorial Debolsillo, 308 páginas, ISNB: 978 84 8346 918 7

Tras haber leido recientemente la recopilación de artículos de este autor británico recogida bajo el nombre de "Amor, pobreza y guerra" ya comentada aquí, una recopilación con los temas más variopintos cuyo título podía haber sido cualquier otro, me apetecía seguir indagando en la obra de Hitchens ya que sus artículos me parecían de una calidad bastante irregular y en general me habían dejado un poco "a medias". Queria vérmelas por así decirlo con un ensayo en toda regla, con un trabajo con una unidad temática y un libro de verdad, no con una oportunista recopilación de artículos por mucho que la misma me sirviese, y mucho, de introducción a su pensamiento.

Este que aquí comento es su ensayo más conocido, si hay una constante en la vida de Hitchens y así lo reconocía él mismo era su fobia hacia las religiones. Un sentimiento de rechazo que le duró toda la vida y que tomó forma finalmente en este libro embebido de una aversión combativa hacia todo lo que significa la idea religiosa y muy especialmente cuando la misma toma forma de organización en forma de iglesia. Hitchens ataca las ideas religiosas por considerarlas falsas y engañosas, pero sobre todo porque cuando dichas creencias se articulan en torno a una organización humana multiplican sus efectos nocivos. El mundo sería un lugar muy distinto, para Hitchens mucho mejor, si las creencias religiosas no hubieran propiciado organización alguna, seguramente en ese caso ni este libro ni otros muchos centrados en denunciar la falsedad de las religiones existirían.

Sobre el tema de la denuncia de las ideas religiosas y su nefasta influencia en el mundo ya pude leer largo y tendido en la obra de Richard Dawkins "El espejismo de Dios" , en este caso el autor se centraba en críticas a las religiones y a la idea de Dios a través de la filosofía y la ciencia. Para el científico británico el principal acicate para escribirlo fué, y lamentablemente es, el ataque por parte del fundamentalismo cristiano, aunque el Islam comparte dicha culpa también, sobre la teoría de la volución, teoría que constituye el núcleo esencial de los trabajos de toda su vida y de la que Richard es uno de sus principales valedores y defensores. No era por lo tanto un capricho personal, una manía o una lucha ideológica que llevaba a cabo así porque así. La actitud combativa de Dawkins estaba motivada principalmente por una defensa de los valores de la ciencia, cuestionados por esa poderosa minoría que poco a poco se ha ido infiltrando como un cáncer en las estructuras de poder y en el sistema educativo norteamericano.


Hitchens además de su natural aversión hacia la idea religiosa en su conjunto y sus, para él, absurdas creencias, en concreto como corresponsal de guerra y viajero ha sido testigo de la brutalidad y el fanatismo que la religión propicia, como apasionado investigador de la historia ha podido comprobar de primera mano como las religiones organizadas colaboran con los poderes autoritarios, se asientan en ideas absurdas, poseen unos orígenes de lo más dudosos y se sostienen en general gracias a la ignorancia, la miseria y la desesperación. Las estadísticas así lo atestiguan como si fuera una siniestra ecuación, el sentimiento religioso allá donde exista es diréctamente proporcional a estas variables y por lo tanto existirá probablemente siempre mientras subsistan estas tal y como ha venido haciéndolo en el pasado.

Aparte de estos motivos , llamemoslos ideológicos, en el caso de Hitchens hay motivos diréctamente personales... tenía una amiga que falleció el once de septiembre, pereció en aquel avión que se estrelló en la campiña al ser abortado el secuestro por los pasajeros. Aunque muchos comentaristas políticos buscaron en aquellos atentados una respuesta a la agresiva política exterior norteamericana y entonaron un "mea culpa", Hitchens siempre ha sostenido que fué siempre el fanatismo religioso el principal protagonista y de no existir dicho elemento jamás se hubieran producido, asunto que le llevó a disentir de parte de la intelectualidad norteamericana de izquierdas con la que se le alineaba... aquel día se convirtió en un acérrimo defensor de la política norteamericana debido a su actitud combativa contra el terrorismo islámico. Se puede mencionar su amistad personal con Salman Rushdie y las amenazas que tanto él como su familia sufrieron por haberle acogido en su casa o su defensa de la libertad de expresión en aquel famoso caso de las caricaturas supuestamente ofensivas sobre la figura de Mahoma.

En este libro el ensayista británico mostrará la mala influencia de la religión en el mundo actual en lo relativo a los asuntos de la salud, fanatismo violento y su relación con los regímenes totalitarios... y rizando el rizo se comentará como aquellos regímenes ateos del presente, como Corea del Norte, y del pasado, nazismo y régimen de Stalin adquieren características propias de las religiones en relación al culto a sus líderes políticos a los que se llega a venerar, como en el caso de Corea del Norte, como verdaderas deidades vivientes. Persecuciones religiosas, tribunales inquisitoriales, guerras de religión, instigación y ocultación de todo tipo de crímenes, barreras a la lucha contra el SIDA y las vacunaciones... la letanía de horrores, errores y crímenes de las autoridades religiosas de todo signo es interminable, pero eso no es todo.

En esta obra se ataca también la idea misma de religión, se nos muestran los turbios y dudosos orígenes de las grandes religiones monoteistas, como han variado con el tiempo y se han escindido en numerosas facciones generalmente enfrentadas violéntamente unas con otras... todo ello verifica, según opinión del autor el hecho de que no estamos nunca ante ninguna revelación divina sino ante las imperfectas obras de los hombres y que la idea misma de la religión en sí, sea cual sea, no es más que una construcción de la mente humana. Se hablará largo y tendido del judaismo, del origen del cristianismo, del islam. Las religiones orientales que no parecen ser el punto fuerte de Hitchens también aparecen aunque bastante de pasada, en concreto una parte del hinduismo y el budismo Zen este último históricamente vinculado al militarismo japonés con quien comparte sus responsabilidades por los crímenes de la Segunda Guerra Mundial.

Es en definitiva una obra que busca la polémica desde el comienzo, que no se anda con chiquitas ni con paños calientes de ningún tipo, que nos muestra la peor cara de la religión tanto en la actualidad como, y sobre todo, en el pasado. Que no entra tanto al trapo en lo que respecta a la puesta en duda y refutación de los argumentos a favor de la religión, que lo hace, tanto como en el señalar los errores, los crímenes y la nefasta influencia que ha tenido a lo largo de la historia. No hay duda de que para Hitchens la religión era uno de los grandes obstáculos entre la sociedad humana actual y su futura evolución hacia un mundo mejor, una fuerza negativa y profundamente involutiva que hunde sus raices y se nutre de lo peor del ser humano. Quien desee leer un libro combativo y que "ponga a caldo" al fenómeno religioso dificilmente encontrará un ensayo más ameno, brillante y apasionado que este de Christopher Hitchens.

"Pero ¿serán los creyentes igua igual de indulgentes conmigo? Lo digo porque hay una auténtica e importante diferencia entre mis amigos religiosos y yo, y los amigos auténticos e importantes son los suficientemente honrados para reconocerlo. Me conformaría con poder acudir a los ritos con que se acoge la madurez religiosa de sus hijos, con maravillarme ante sus catedrales góticas, con respetar su fe en que el Corán fue fruto de un dictado, aunque fuera exclusivamente en árabe y a un comerciante analfabeto, o con interesarme por el consuelo que ofrecen las religiones neopaganas, el hinduismo o el jainismo. Y, si es así, seguiré haciéndolo sin insistir en que me prodiguen cortés y recíprocamente idéntico trato... que consiste en que ellos, por su parte, me dejen en paz. Pero, en última instancia, la religión es incapaz de hacerlo."


Lo mejor: Independientemente de la afiliación o de la no-afiliación religiosa del lector este es un libro que vale la pena y por muchos motivos. C. Hitchens era una persona que vivía con pasión sus ideas y que a pesar de lo que pueda parecer por su gusto por los debates y su actitud conbativa, o quizás precisamente por la misma, era todo lo opuesto a un fanático que cabe imaginar. En el libro reconoce desde el primer momento que tiene amigos creyentes, que ha debatido y hablado lárgamente con ellos (no se si le quedaría alguno tras la publicación de este libro ;-). Era una persona enamorada de la verdad tal y como él la entendía, de la razón y de la inteligencia humanas a la que resultaba insoportable la hipocresía y la bajeza moral que tanto amparan las religiones organizadas en nombre de Dios. Si eres creyente dudo mucho que este libro consiga resquebrajar tus convicciones, aunque de hecho lo pretende... y es posible que de paso aprendas muchas cosas acerca de los orígenes de la fé que profesas. Y si no lo eres disfrutarás con su lectura y te dotarás de un considerable arsenal de argumentos y datos que van a reafirmar tu ateismo y tu aversión a la religión, si es que posees tal cosa claro... se mire como se mire es un libro que vale la pena y que no puede dejar a nadie indiferente.


Lo peor: Su autor pone el acento en todos los aspectos negativos de la religión, habla de lo bueno muy de pasada, casi a tono de disculpa... no presta la suficiente atención a las religiones orientales, me ha decepcionado su análisis y comentarios del budismo e hinduismo, creo que se ha centrado excesivamente en el aspecto institucional de las religiones y ha ahondado poco en el papel de las mismas como proveedoras de consuelo y paz al espíritu humano, a la labor humanitaria y benéfica de muchos de sus practicantes, a su fomento del humanismo (por mucho que hablen de Dios)... no digo que al final el balance sea positivo y que Hitchens no deje de tener razón en su eslógan que repite a lo largo de toda la obra "la religión lo emponzoña todo", lo único es que me ha parecido que la imágen que plasma es tendenciosa y no del todo real. Aparte de eso el pretender que un día las religiones vayan a desaparecer me parece de lo más ingenuo... ¿cual es la finalidad pues del libro?, a los no creyentes y críticos con las religiones no hace falta que nos convenza, a los creyentes y personas religiosas... con esos no hay remedio porque dudo que muchos se hayan acercado a las páginas de un libro como este cuyo título ya se encarga de mantenerlos a raya. Existe publicado un libro del filósofo Alain de Botton que pretende enfocar el debate religión-ateismo desde un punto de vista diferente, en breve estará comentado en este blog "si Dios quiere" ;-).




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