martes, 5 de junio de 2012

Cuánto pesa el alma


Ficha: "Cuánto pesa el alma", autor Len Fisher, ediciones Debolsillo, 258 páginas, ISBN: 978-84-9908-672-9

Vuelvo a mis lecturas de divulgación científica con este curioso libro, su autor un científico australiano con más de 80 trabajos científicos y capítulos de libros sobre ingeniería química, ciencia alimentaria e instrumentación científica, entre otros temas, nos lleva por apasionante recorrido por algunos de los capítulos más curiosos de la historia de la ciencia.

Solemos creer habitualmente que el progreso científico avanza de una forma progresiva y lineal aunque haya descubrimientos y trabajos que lo impulsan rápidamente en ocasiones. Mucho menos conocida es la cantidad de callejones sin salida e investigaciones infructuosas que lo jalonan y mucho menos algunas ideas que ahora nos parecen descabelladas y que inspiraron famosos experimentos que en ocasiones terminaron en desastre. Sobre estas disparatadas ideas y sus protagonistas Len Fischer ha escrito este entretenido ensayo.

21 gramos.
 Circula desde hace bastante tiempo por la red aquel famoso experimento en el que se intentaba "pesar el alma", recuerdo haber ido hace unos años a ver al cine aquella película titulada "21 gramos", que no recomiendo a nadie salvo que se padezca de aficiones masoquistas, cuyo título hacía referencia precisamente a los experimentos del médico Duncan McDougall en un hospital de Massachusetts con sus camas-balanza intentando comprobar si en el momento de la muerte existía alguna "entidad" que abandonaba el cuerpo y si la misma estaba dotada de peso... una pena que sus experimentos no arrojasen una conclusión definitiva y que sus resultados, sin contrastar ni verificar suficientemente tal y como él mismo reconocía, hayan dejado todavía el tema lo suficientemente "enturbiado" como para que siga siendo aprovechado por magufos del tres al cuarto.

Todos conocemos también el experimento de Franklin con los rayos en las tormentas, o los de Galvani sometiendo a cadáveres de rana a descargas eléctricas para comprobar como se contraían los músculos, experimentos que debieron de inspirar a la autora de Frankestein, Mary Shelley. Conocido de sobra también es el intento a lo largo de siglos de los alquimistas, precursores de nuestros modernos químicos, por encontrar la piedra filosofal o los experimentos de Galileo haciendo caer objetos para verificar la velocidad de caida... o los experimentos con la luz. Menos conocido es por ejemplo que el genial investigador de Pisa publicó un trabajo donde se daba forma y dimensión al infierno... o la metedura de pata de Newton al dudar de la naturaleza ondulatoria de la luz, error que llevó cien años demostrar y que casi acaba con la carrera de Thomas Young, el primer científico que consiguió demostrar que la luz participa tanto de naturaleza corpuscular como de naturaleza ondulatoria.

El libro habla también de las teorías sobre el origen de la vida y la pugna entre los llamados "vitalistas" y los llamados "mecanicistas" y las disparatadas teorías, o al menos así parecen ahora, que estuvieron vigentes mucho tiempo. El libro concluye con un interesante apéndice donde aparecen hechos conocidos y comprobados científicamente como la ley de la gravitación de Newton, la relatividad, los campos de fuerzas, la definición y formas de la energía, los átomos etc etc cuyo origen y desarrollo han sido relativamente recientes.

Cualquier aficionado a la ciencia disfrutará con este libro que nos muestra no solamente descubrimientos y caminos acertados, sino también muchas teorías equivocadas, experimentos fallidos, rencillas y conflictos entre científicos, batallas de ideas con sus correspondientes experimentos... la historia de la ciencia es en verdad apasionante y la obra de Fisher nos muestra algunos de sus más interesantes capítulos.



Lo mejor:  Entretenido, ameno y didáctico tal y como suelen ser los libros de divulgación científica, en este caso el hecho de que esté centrado en historias y experimentos curiosos le otorga mayor atractivo. Al final lo anecdótico termina pasando a un segundo plano y se terminan aprendiendo muchas cosas sobre la historia de la ciencia, con el gancho de lo curioso o de la idea excéntrica terminamos aprendiendo bastante sobre la filosofía de la ciencia y del método científico casi sin darnos cuenta.

Lo peor: El libro termina sabiendo a poco, la historia de la ciencia posee muchos más casos curiosos que los relatados en este trabajo. El interés varía mucho desde el potente arranque inicial con ese doctor "chiflado" intentando pesar el alma al capítulo sobre la búsqueda de la piedra filosofal... sólo apto para los amantes de la química, a mí consiguió arrancarme más de un bostezo la verdad, creo que este autor baja bastante de nivel como divulgador cuando aborda temas en los que es un especialista, algo paradójico. El libro engaña un poco porque al final termina siendo mucho más prosaico de lo que promete en sus inicios aunque tiene también sus momentos brillantes, especialmente en el último capítulo sobre el origen de la vida. Se nota bastante que su autor es un hombre de ciencia y aunque hay científicos con gran valía como divulgadores creo que no es el caso de Fisher, al menos en este libro, estaré pendiente de otros trabajos suyos que vea publicados.




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