jueves, 16 de diciembre de 2010

Nuestra hora en el escenario.

Ficha: "Nuestra hora en el escenario", Richard Vaughan, editorial Libros Libres, 281 páginas, ISBN: 978 84 92654 468.

Resulta una tremenda casualidad que los dos primeros libros comentados en este blog hace ya casi dos años pertenezcan a los mismos autores de los dos últimos que acabo de leer y que en total sumen el centenar de libros comentados en este tiempo aquí, desde el comienzo me marqué el objetivo de alcanzar el centenar de comentarios sobre libros y aunque no pude alcanzarlo el primer año he aquí que lo consigo justo ahora con estos dos libros de los mismos autores, Richard Vaughan y Carlos Burgos.

Dos libros además pertenecientes a ese tremendo cajón de sastre denominado "autoayuda" encaminados a motivar y a echar una mano al lector con los temas más diversos. El primer libro de Richard se centraba en el tema que mejor domina, su trabajo desde hace casi cuatro décadas, la enseñanza del idioma inglés. En este caso se centra en mostrarnos su filosofía particular sobre la vida y la consecución de la felicidad y el éxito, objetivos ambos que admite desde el principio haber conseguido.

Mi profe.
Desde septiembre de 2.007 Richard Vaughan es para mí alguien que ocupa un espacio en mi vida pues es el principal autor del curso de inglés que fue publicado por el periódico El Mundo desde septiembre de ese año hasta junio de 2.008. Curso que con más o menos dedicación vengo siguiendo desde entonces y al que debo casi todo de lo poco que conozco el idioma de la "pérfida Albión", no puedo ya contar las horas que he escuchado sus clases en los vídeos que lo acompañan y otros materiales de aprendizaje de los que es autor y que su empresa Vaughan Systems comercializa principalmente a través de Internet. Su imágen, su voz y sus discursos, clases y sermones en inglés y español me son de sobra bien conocidos. Desde la implantación de la televisión digital es posible escuchar su emisora de radio en todo el territorio nacional, en la misma desde hace ya bastante tiempo emiten programas dedicados al aprendizaje del inglés de forma completamente desinteresada, salvo por la publicidad de sus productos claro.

Su vida.
Richard es un tipo de lo más peculiar, es de esas personas únicas e irrepetibles que dificilmente pueden dejar a nadie indiferente. Con 22 años vino de su Texas natal y se plantó en nuestro país para trabajar como profesor de inglés y aquí se quedó, fundó su propia academia que fue creciendo hasta convertirse en la más importante y prestigiosa del país con más de 400 profesores actualmente a su cargo, se casó con una española, la que era entonces su secretaria y echó raices definitivamente en España donde ha vivido la mayor parte de su vida, aunque siempre sin desligarse de sus orígenes culturales norteamericanos, su nación y su cultura están siempre muy presente en sus clases y enseñanzas, no ha hecho una escepción en este libro a pesar de no estar orientado al tema del aprendizaje de la lengua inglesa como el anterior.

Su personalidad.
Richard posee una vitalidad arrolladora y padece un optimismo incurable, a pesar de ser un empresario de éxito desde hace bastantes años se levanta cada día entre semana antes de las seis de la mañana para estar a tiempo en el programa de radio que protagoniza... ocupación por la que no recibe nada a cambio, salvo eso sí, un enorme impacto publicitario. Enamorado perdídamente de su trabajo ha hecho del mismo la pasión de su vida, es una verdadera gozada escucharle, tanto en castellano como en inglés, cuando de forma magistral conduce sus clases en momentos de inspiración, se nota las miles de horas que lleva hablando delante de sus alumnos, muchos de ellos futuros altos directivos de empresas españolas, en la radio y recientemente en la televisión. Su anterior libro fue elegido por mí con toda la idea del mundo para darle el pistoletazo de salida a este blog, me pareció que era de lejos la mejor opción para comenzar con buen pie.


Bueno ¿y el libro que?.
Pues de lo mejorcito que he leido este año, Richard es un gran conocedor de nuestra lengua y un lector empedernido desde hace muchos años a los clásicos de la literatura, tanto en su lengua como en la nuestra, y se nota en la riqueza de vocabulario que maneja y en el dominio del lenguaje... que habrá llevado su libro a un corrector español no me cabe duda, pero tampoco me cabe duda de que no les habrá dado tanto trabajo como cabría de esperar en alguien que escribe en una lengua que no es la propia. A diferencia de otros autores de libros de "autoayuda" Richad habla desde una posición privilegiada, su voz es la voz de la experiencia. En el libro nos insiste machaconamente una y otra vez con la misma terca insistencia que pone en corregir nuestros errores en inglés en que solo la correcta actitud y el esfuerzo proporcionan la clave para el éxito y la felicidad en la vida.

Richard se confiesa feliz, y además es una persona que ha cosechado el éxito en cada cosa que se ha propuesto en la vida, tanto en su carrera académica, en las competiciones deportivas en su época de estudiante, en sus ocupaciones laborales, en su vida personal y familiar y por supuesto en su actividad principal como profesor y empresario. Posee una confianza enorme en sí mismo y en sus posibilidades conjugada, cosa rara, con una notable dosis de humildad... no se hasta que punto puede alguien que se pasa tantas páginas de un libro hablando sobre sí mismo evitar resultar cargante u odioso, pero lo cierto es que Richard me cae bien y en vista de los resultados que ha cosechado en su vida a base de entusiasmo, esfuerzo y fe en sí mismo es dificil rebatir los argumentos de este gringo loco de remate, que tanto ha hecho y sigue haciendo cada día porque los españoles no solo aprendamos su idioma sino que nos entusiasmemos con ello, bien haríamos en aplicarnos el cuento y mostrar siquiera una porción del entusiasmo que él ha puesto en conocer nuestra lengua y nuestra cultura.

No se ahorran críticas en el libro hacia nuestro país y la forma de ser habitual de los españoles, estoy de acuerdo con Richard, este país debería llamarse "cenizolandia", la tierra del pesimismo, el cinismo, la pereza y la envidia... aquellos que desde fuera nos observan poseen una visión más objetiva y privilegiada, una visión gracias a haber nacido en otra cultura que los españolitos no poseemos. Y el cuadro no es ciertamente alentador, a pesar de ello Richard insiste una y otra vez en que este es un país con una gran potencialidad capaz de conseguir cualquier cosa... siempre que nosotros creamos en nosotros mismos, si no pensara así no se hubiera molestado en escribir este libro... algo bueno por lo tanto debemos tener los habitantes de nuestra querida "piel de toro", quizás seamos unos necios por menospreciarnos constantemente a nosotros mismos, mas no unos necios sin remedio.

En esta obra Richard entona todo un canto al disfrute de la vida a través del amor al trabajo, a la persecución de nuestros sueños, a la honestidad y la lealtad hacia uno mismo. Nos anima a ser egoistas, profúndamente egoistas mirando primero por nuestro interés, sin caer en la insolidaridad, y así desde una base firme entregarnos a los demás. Quizás peque demasiado de materialista, quizás se pase tres pueblos al mostrarnos el éxito en la vida como único camino sin definir demasiado que es este ¿que va antes el éxito o la felicidad? ¿que es más importante? ¿son lo mismo?... no se trata de llegar al nº 1 ya que en toda carrera solo puede haber un ganador, se trata simplemente de dar el 100% de nosotros mismos en lo que hagamos independientemente del resultado. Y Richard nos insiste una y otra vez en que si nos entregamos por completo a un objetivo, a la persecución de un sueño, el resultado nunca será mediocre y la felicidad estará siempre aguardándonos a la vuelta de la esquina.

Excelentes las críticas al sistema educativo y la familia, me guardo para mí las que dedica a las filosofías orientales, buena colección de citas y excelente la recopilación de refranes, magnífica su visión del panorama mundial que aunque en mi opinión peca de excesivo optimismo resulta reconfortante de escuchar entre tanto pájaro de mal aguero que ronda en los medios de comunicación... muchos puntos sobresalientes en definitiva en un libro que rezuma del optimismo y amor por la vida de su autor y que constituye todo un "chute" de optimismo tan necesario en estos tiempos que nos ha tocado vivir con esta maldita crisis que amenaza con disolver los cimientos de un estado de cosas que tanto tiempo ha costado edificar y que tanto daño está haciendo a tanta gente.


Lo mejor: Un mensaje apasionadamente optimista que nos incita a hacernos con el control de nuestra existencia y dar lo mejor de nosotros mismos en esta breve "hora en el escenario" en que se representa nuestra vida, nuestra única y verdadera obra de arte.

Lo peor: ¿Que desayunas por las mañanas Richard? ¿que bebes? ... se te olvidó darnos la receta. A la vez que el libro puede conseguir motivar y arrastrar de forma positiva al lector a un cambio de actitud ante la vida también muestra con precisión de cirujano las carencias personales y del entorno que dificilmente cambiarán ya, lo cual puede resultar deprimente... justo lo contrario de lo que su autor pretende.

Es fácil pensar que a ojos de este buen señor que se usa a sí mismo como unidad de medida el 99% no ya de los españoles sino de la humanidad entera debemos de ser unos negados y unos fracasados... creo que hay más baremos para medir la felicidad y el éxito en la vida y el hecho de que él los haya encontrado en su labor profesional coronada por el éxito no significa que sea la única forma, es verdad que su ejemplo está muy bien principalmente porque él es una persona que sabe disfrutar la vida, sea trabajando o no, pero creo que hay más opciones.




6 comentarios:

  1. ¿No es un poco egocentrista?

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  2. Cualquiera que escribe un libro y consiente que pongan una foto suya en la portada lo es... sin duda. A veces Richard más que una persona parece una marca comercial :-), eso no quita que esté de acuerdo con él en muchas cosas de las que dice y también en ocasiones que me parezca un poco pesado y demasiado "enamorado de sí mismo". Un poco más, o algo siquiera, de autocrítica tampoco le vendría mal.

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  3. Me parece que a este país le hacen falta muchos "egocentristas". Mejor nos iría. Responsabilidad, pasión, ideas claras y, sobre todo mucho trabajo.
    Enhorabuena Sr. Vaughan, no cambie. Tiene todo mi reconocimiento.

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  4. Por cierto, muchas gracias por la crítica del libro. Probablemente lo compre.
    Saludos.

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  5. Sin duda alguna se trata de un tipo positivo, vital, como comentáis, aunque a veces parece demasiado seguro de sí mismo. Pero, si le va bien (y no hace daño a otros), ¿porqué no?

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    1. Efectivamente ¿por qué no?, no tengo ningún reproche que hacerle a Richard en ese aspecto, su filosofía de vida insiste en el valor del esfuerzo y la perseverancia, en dar lo mejor de sí a cada momento y ante todo ser optimista y tener fe en uno mismo.

      Sin embargo en ocasiones sus ejemplos no me valen del todo, aquella carrera que ganó en sus tiempos de estudiante simplemente por confiar en su propio esfuerzo sin mirar a los demás por ejemplo. ¿Qué pasa si aun poniendo todo tu empeño no llegas el primero?... ¿y si hubiese llegado el último pero a la vez hecho un tiempo muy bueno? ¿es tan importante ganar?... ¿y si ganas contra adversarios mediocres eres genial?.

      Es un buen libro, muy recomendable, pero me parece demasiado impregnado de la visión del mundo como una competición, algo típico de la cultura de su país. Se le olvida decir que si el mundo es un escenario nosotros no solamente somos actores sino que también formamos parte de ese público, de hecho somos la parte más importante del mismo y no solamente vale el nº 1, si uno ha puesto toda su alma en lo que hace no necesita espectadores ni palmaditas en la espalda, ni títulos, ni honores.

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