lunes, 7 de diciembre de 2009

Siluetas del ajedrez ruso.

Ficha: "Siluetas del ajedrez ruso", autor Genna Sosonko, editorial Dancadrez, nº de páginas 254, 788461144761.


Hace poco que un amigo, conocedor de mi afición por la historia del ajedrez, me pasó este libro obsequio de una conocida revista por la suscripción a un año de su club de ajedrez.

Estaba completamente nuevo y por la firmeza de sus hojas me dí cuenta que apenas lo habría repasado muy por encima. Quiso hacerme el honor de ofrecermelo para que lo leyese antes que él ya que en estos momentos no disponía de tiempo... por supuesto tras "devorar" el mismo de un tirón aprovechando uno de mis días de convalecencia de un fuerte resfriado no puedo hacer menos que rendirle el debido homenaje en mi blog a esta singular obra.

Este es en efecto un libro que trata sobre el juego de l ajedrez, sin embargo es el primero que llega a mis manos que no contiene ni una sola partida, ni un solo diagrama. Su autor un maestro soviético auto-exiliado en su momento en Holanda desde 1.972.

Conocedor de primera mano del mundo de este juego-ciencia en su antigua patria, la extinta URSS, donde el ajedrez de alta competición era asunto de estado y se forjaron muchos de los más extraordinarios jugadores de todos los tiempos, Genna se propuso poner por escrito sus recuerdos de su pasado ex-soviético y la relación que tuvo con aquellos mitos del ajedrez antes de que cayesen en el olvido.

En el primer capítulo nos relata su experiencia como exiliado de la URSS y todo lo que significaba entonces por la imposibilidad de volver a su patria y todo lo que dejó allí. A partir de ese momento va dedicando un capítulo por libro a relevantes personalidades del juego ya fallecidas intentando sacar de su memoria la mayor cantidad de detalles posible.

Por sus páginas desfilan Mihail Tal, M. Botwinnik, Efim Geller, la viuda de Capablanca Olga Clark, Vladimir Zak, Semion Furman, Alexander Koblenz... nombres de sobra conocidos por todos aquellos interesados por la historia del ajedrez. Sosonko elabora un humano y colorido cuadro de la vida de cada uno de ellos, el momento en los que los conoció, las circunstancias de su encuentro con los mismos, lo que otros jugadores y personajes del ajedrez opinaban de ellos... etc etc. la cantidad de datos es abrumadora, se nota mucho el esfuerzo y la obsesión de Sosonko para evitar que muchos detalles, anécdotas y rasgos humanos de estos excepcionales personajes cayera en el olvido. Se toma por así decirlo un "deber moral" con ello y su libro no puede considerarse de otra forma que un tributo a los personajes descritos en el mismo.

Hay muestras de la dureza de la vida de entonces en la Rusia Soviética, muchos datos que a un lector nacido en occidente y criado en una democracia pueden resultar chocantes. Durante toda la obra planean los temas de las penurias económicas, las dificultades para viajar al extranjero, las dificiles relaciones con los aparatos de poder, la falta de libertad y los pies de plomo con los que se tenían que andar los ciudadanos soviéticos no solo de la era de Stalin sino incluso mucho después. Aporta también muchas pinceladas sobre lo que era vivir en un régimen comunista y el porqué aquella inmensa nación se convirtió en una fantástica máquina de producir grandes maestros.

No hay concesiones ni halagos inmerecidos, ni retratos engañósamente amables sobre el pasado que siempre parece mejor de lo que fue... se habla de las cualidades deportivas y humanas de los jugadores y personajes retratados pero también de sus defectos y sus limitaciones, no en vano este realmente no es un libro sobre ajedrez sino seres humanos que tuvieron una apasionada relación con el juego rey.

Destaco el capítulo dedicado a M. Tal, genial y entrañable jugador donde los hubo, y al inamovible y férreo Botwinnik verdadero abanderado del sistema por aquel entonces. Curioso es también el dedicado a Olga Clark y los recuerdos que la octogenaria anciana aporta sobre los años que vivió casada con el gran jugador cubano. No menos interesantes son los dedicados a Levenfish y Alvis Vitolins... jugadores sobre los que no sabía absolutamente nada y que hoy permanecen injustamente olvidados, sobre todo el segundo, por la gran masa de aficionados al juego y que Genna rescata para la memoria.



Lo mejor: De lectura absorbente si te apasiona el tema, en nada resulta aburrido o repetitivo. G. Sosonko se nos muestra como un escritor de talento aparte de buen jugador y entrenador. Resulta recomendable también para todos los interesados en el estudio de la historia de la Unión Soviética.

Lo peor: La necesidad de estar no solo vinculado al ajedrez como afición sino tener interés por la historia del juego y sentir fascinación por sus protagonistas a lo largo de la historia. Seguro que la mayoría de los buenos jugadores de ajedrez en la vida se leerían un libro como este... y es una pena.




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